Un día comí demasiado y me dolía mucho el estómago. Me acosté y empecé a orar a Dios. Yo le pedí que me diera fuerzas, y en ese instante se me quitó el dolor. Cuando llegó mamá le conté y se alegró mucho.
Culiacán, Sinaloa, México
Testimonio
PARA NIÑOS
Del número de noviembre de 2008 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
Un día comí demasiado y me dolía mucho el estómago. Me acosté y empecé a orar a Dios. Yo le pedí que me diera fuerzas, y en ese instante se me quitó el dolor. Cuando llegó mamá le conté y se alegró mucho.
Culiacán, Sinaloa, México
Testimonio