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La gratitud nos abre los ojos

Del número de noviembre de 2008 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¡Cuántas veces buscamos algo y luego de un rato de un rato de dar vueltas nos damos cuenta de que lo teníamos allí delante! A veces, la preocupación o el enfado no nos permite ver el bien que ya está presente. y de El Heraldo de la Ciencia Cristiana, conversaron con practicista y maestro de la Ciencia Cristiana en México, sobre la diferencia que hace tener un corazón agradecido. Enrique comenzó preguntando:

Eberhard ¿qué papel tiene la gratitud para abrir nuestro pensamiento a diferentes posibilidades?

Es los países de América Latina, lamentablemente, no se festeja el Día de Acción de Gracias como en los Estados Unidos, no obstante, el estudio de la Ciencia Cristiana me ha permitido descubrir que todos los días pueden ser días de Acción de Gracias a Dios.

La gratitud es un factor importantísimo para recibir cada vez más bendiciones, y vivir una vida mucho más plena bajo la luz del bien, la alegría de la salud y la abundancia.

Yo siempre esperaba que sucediera algo bueno para dar gracias. Pero ahora, trato de expresar mucha gratitud y ocurren cosas buenas. Hoy entiendo que manejamos nuestro mundo verdadero desde nuestro sentir interior, y la gratitud es un factor esencial para lograrlo.

Es algo más que un estado emocional, ¿no es asi?

Sí, y mucho más. Mary Baker Eddy afirmó: “La gratitud es mucho más que una mera expresión verbal de agradecimiento. Las acciones expresan más gratitud que las palabras”. Salmo 112, de la versión Dios Habla Hoy de la Biblia.

Cuando empecé a estudiar la Ciencia Cristiana tuve curaciones y mi vida comenzó a cambiar, pero no tenía ningún interés en pertenecer a una iglesia. Pero. un día. sentí tanta gratitud que tuve la necesidad de hacer algo, de participar del bien. Fue entonces cuando mi esposa y yo nos hicimos miembros de una iglesia filial de Cristo, Científico. Nos dimos cuenta de que a través de ella tendríamos millones de oportunidades de actuar, de hacer el bien, de ayudarnos a nosotros mismos y a la humanidad. Fue también la gratitud lo que después me impulsó a dedicar mi vida a la curación a través de la oración y, posteriormente, a ser maestro de la Ciencia Cristiana.

¿Podrías comentar qué papel tiene la gratitud para disolver el temor a la pobreza y a la recesión?

Sí, los medios siempre están transmitiendo noticias que son amenazadoras en todos los sentidos, y si nos dejamos Ilevar por eso perdemos de vista lo valioso en la vida. A veces el mundo o nuestra experiencia parece como un día nublado y completamente oscuro, donde no parece haber luz. Pero cuando empezamos a sentir gratitud por algo, ya sea por la vida, porque tenemos un techo encima, porque tenemos una familia, o porque sentimos que Dios está con nosotros, es como que las nubes se abren y de pronto aparece la luz y nos damos cuenta de que el sol sigue ahí. Pero a veces, como que nos olvidamos y nos dejamos envolver por todas esas noticias de escasez, de limitación, de pobreza, de peligro. No logramos percibir que el sol sigue brillando. La gratitud es lo que nos permite volver a estar seguros de que el bien está presente, y lo podemos percibir y encontrar.

Hay muchos pasajes bíblicos que relacionan la gratitud con la abundancia. El Salmo 112 dice, por ejemplo: “Feliz el hombre que honra al Señor y se complace en sus mandatos... En su casa hay abundantes riquezas, y su generosidad es constante”. Ciencia y Salud, pág. 3.

Patricia, la Biblia tiene muchas ideas sobre la gratitud.

Sí, recordé el relato cuando Jesús entró a una aldea y salieron a su encuentro diez hombres leprosos, y le dijeron: “Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros”. Al verlos, Jesús les dijo que fueran a mostrarse a los sacerdotes, y cuando iban de camino fueron limpiados. Lucas 17:11-19.

Cuando uno de esos hombres vio que estaba sano, regresó glorificando a Dios, y se postró a los pies de Jesús expresando gratitud. Y este hombre era samaritano. Jesús se sorprendió de que sólo uno regresara a dar gracias: “No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado”.

Alguien puede decir que, en realidad, todos fueron sanados, incluso aquellos que no dieron gracias. Entonces, ¿por qué es importante dar gracias? ¿Por qué es importante reconocer el bien que recibimos?

Cuando damos gracias a Dios por las bendiciones recibidas estamos reconociendo que Él es la fuente del bien, y esa gratitud abre las puertas para recibir más bendiciones. Esto no quiere decir que Dios hará algo más por nosotros, porque Él ya creó todo el bien que podamos necesitar por toda la eternidad.

La gratitud, en cambio, abre nuestros ojos —o sea, nuestra percepción espiritual— para que podamos ver el bien que ya está presente. Ese reconocimiento del amor de Dios, de la operación del Principio o leyes divinas en nuestra vida, nos permite ver más allá de la materialidad, de un sentido de limitación. Es entonces que logramos ver la solución, cambiamos nuestra manera de pensar, recibimos el bien que estamos esperando, o sanamos de alguna enfermedad.

Entonces, no se trata simplemente de ser sanados o de resolver un problema, y conformarnos con eso. Sino de dar gracias por el bien recibido, con un corazón sincero y Ileno de gratitud, y reconocer que siempre es la Mente divina la que gobierna nuestra vida y provee todo el bien.

Mary Baker Eddy escribe en Ciencia y Salud: “La circunstancia misma que tu sentido sufriente considera enojosa y aflictiva, puede convertirla el Amor en un ángel que hospedas sin saberlo”. Ciencia y Salud, pág. 574.

Es decir que cuando enfrentamos algún desafío y recurrimos a Dios, ese desafío en realidad es como un ángel que nos obliga a apartarnos de nuestra manera de pensar acostumbrada, de opiniones materialistas y negativas, y recurrir a Dios en busca de una respuesta. Al hacerlo nuestra manera de pensar cambia y progresamos espiritualmente.

Siento que saber dar gracias a Dios es como un preludio a la libertad, a la libertad en todo aspecto de nuestra vida.

Eberhard, ¿cómo responderías si alguien te dijera: “Yo no tengo razón alguna para estar agradecido”?

Para mí la ingratitud tiene mucho que ver con la ignorancia, o sea, permitimos que nuestro pensamiento se nuble a tal grado que perdemos de vista lo bueno. La Ciencia Cristiana enseña a conocer mejor a Dios.

Como practicista de la Ciencia Cristiana he notado que la curación comienza cuando la persona empieza a sentir gratitud, a percibir el poder del bien.

Yo estoy agradecido a Dios porque sé que me ama, porque sé que Él no hizo nada que me pueda dañar. Como Pablo, puedo decir que vivo, me muevo y tengo mi ser en Dios, en el bien infinito. Hechos 17:28.

Todos tenemos días muy difíciles donde no parece haber nada bueno. Pero si en lugar de hundirnos en la desesperación o en la angustia, damos gracias aunque sea por la vida, que es lo más grande que tenemos, empezamos a percibir un poquito de luz, y como que amanece y las nubes se disipan.

Un conocimiento de que Dios es el bien mismo ayuda a que nos sintamos agradecidos.

Sí, es nuestra ignorancia de Dios lo que realmente nos hunde en problemas y a medida que entendemos más acerca de la esencia divina, del Amor divino, de la Vida que está siempre presente, de la Verdad que todos podemos conocer, del amor que Dios tiene por nosotros, empiezan a disiparse todas esas creencias humanas nefastas que no tienen nada de verdad.

La Biblia se ha convertido en mi mapa hacia el bien, hacia la felicidad. El Salmo 103 dice en parte: “Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila”.

Para mí no hay nada más maravilloso que saber que en Dios encontramos nuestra libertad completa, nuestra alegría plena y una vida maravillosa.

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