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Una estrella, el Cristo, un despertar

Del número de noviembre de 2008 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


“¡Ahí está! ¡Ahí está! ¿La ves?”, exclama entusiasmada. Casi todas las noches, una persona a la que quiero mucho, se asoma a la ventana para ver una estrella en particular. Ella ha tenido que enfrentar muchas situaciones difíciles en su vida, y esa estrella como que la conecta con un ser superior que le trae calma y consuelo. Muchas veces le dice a alguno de sus familiares y amigos: “Te doy de regalo mi estrella, más bien, te la presto”, ”¡Disfruten todo lo que puedan!” Éstas son pequeñas expresiones de amor, y de un anhelo profundo de vivir en paz.

Los Reyes Magos del Oriente, percibiendo la Ilegada del Mesías, observaron la estrella que los guiaría a donde estaba el niño. Para mí, ese niño hecho hombre, Cristo Jesús, es la verdadera estrella que nos guía hacia la realidad de todas las cosas, y el Consolador que él prometió se manifestó, finalmente, como la Ciencia del Cristianismo o Ciencia Cristiana, diecinueve siglos después.

Ahora bien, esta Ciencia no es una religión más, es la revelación final de la existencia, de Dios y Su creación; es la declaración científica de que todo lo que nos presentan los sentidos materiales es tan solo una ilusión del pensamiento mortal, por más real y palpable que parezca. El Apóstol Pablo escribió a los Corintios: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. 1 Corintios 2:14.

Mary Baker Eddy, Fundadora de esta revista, sabía que nuestro pensamiento estaba listo para un cambio cuando escribió: “Ha Ilegado la hora de los pensadores”. Ciencia y Salud, pág. vii. La Ciencia Cristiana ha sido revelada para quitarnos la venda de los ojos, para impulsarnos a cuestionar las situaciones adversas que enfrentamos a diario y aceptamos como algo natural en la vida, como si fuéramos esclavos. Esta Ciencia nos ayuda a comprender que, en realidad, somos herederos del reino de Dios, con dominio sobre todas las cosas.

En este número de El Heraldo un colaborador nos habla de la importancia de ser agradecidos, mientras que otra escritora nos recuerda la necesidad de proteger al niño que Dios nos ha dado, la Ciencia Cristiana. Además, publicamos experiencias de curaciones de depresión, principio de diabetes y glaucoma, entre otras.

Llenos de gratitud por el bien que ya tenemos y por el que vamos a recibir, este número nos insta a que despertemos para tomar consciencia de que el Principio divino es la única ley, poderosa, firme y armoniosa, que nos gobierna. Si bien las estrellas han sido fuente de inspiración para muchos, este entendimiento espiritual nos enseña que la ayuda del Espíritu divino, está aquí con nosotros ahora mismo.

Jesús les dijo a sus discípulos: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Juan 14:27. Con alegría hagamos de este mensaje nuestro mejor regalo de Navidad.

Con afecto,

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