El camino se extiende entre los arboles,
rozando el verde nuevo de las ramas,
y en un perfecto arco luminoso
se desliza y se pierde en la distancia.
Yo sigo, paso a paso, tras Tus huellas,
saboreando la luz de la mañana,
y al aspirar el aire fresco y limpido,
quisiera arrodillarme y dar las gracias.
Tú estás allí, sobre el sendero en sombras
y en el sol que matiza el prado en calma,
en el puente que cruza sobre el rio,
y en el amanecer que estalla en llamas.
Te descubro en el canto de los pájaros,
y en la brisa que besa Las retamas,
en el vuelo de aves y libélulas,
y en el suave arrullar de las torcazas.
Y sé que estás aquí, junto al camino
porque siento el amor con que me amas,
un amor que me envuelve y me protege
y sobre el universo se derrama.
Quiero ser como el árbol y el camino
que sin esfuerzo Tu bondad proclaman,
saber que estás en todo de lo creado
y todo lo creado en Ti se halla.
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