Hoy en día, no se necesita buscar mucho para encontrar voces que se alzan desafiantes y llenas de frustración. Los británicos expresaron en las urnas su consternación ante la economía y los escándalos en el gobierno. Irán utiliza sus aspiraciones nucleares para poner a prueba al mundo Occidental. El desaliento por los problemas reinantes en Grecia y Francia ha producido manifestaciones de protesta de los trabajadores, a pesar de que los líderes europeos están debatiendo cómo proteger lo mejor posible la estabilidad del euro. Los estadounidenses, irritados, tanto a favor como en contra de la ley de atención universal de la salud, tampoco han sido tímidos al expresar sus puntos de vista.
Cada uno de estos casos, como muchos otros, tiene sus propias causas y condiciones específicas. No obstante, se cierne sobre ellos un ánimo lleno de ira, temor y tenaz oposición, envenenando la atmósfera y hundiendo corazones en la desesperación, en lugar de elevarlos. Qué está ocurriendo, y qué puede hacer la oración en la Ciencia Cristiana para cambiar esa dirección?
El artículo "Caminos que son vanos", de Mary Baker Eddy, expresa claramente cómo actúa lo que ella llama "magnetismo animal", o sea, las influencias mentales dañinas que se oponen a la voluntad de Dios. Ella escribió al respecto: "El propósito malicioso del poder mental pervertido, o magnetismo animal, es paralizar el bien y dar actividad al mal. Original na facciones y engendra envidia y odio..."La Primera Iglesia de Cristo, Cientifico, y Miscelánea, pág. 213.
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