Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

La abundancia y la economía mundial

Del número de enero de 2011 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Una mañana, hace dos años, salí a correr por Nueva Delhi antes de que hubiera mucho tráfico. Tenía pensado recorrer cinco kilómetros y, para no perderme, regresar por la misma ruta.

Pero unos perros callejeros alteraron mis planes, pues, dominando las calles secundarias a las 6 de la mañana reconocieron de inmediato que yo era un visitante. En un momento dado, varios de ellos se pusieron a perseguirme, ladrando y convocando a otros amigos caninos. No tuve mayor problema en pasarlos la primera vez; simplemente corrí más rápido. Pero al regresar tuve que elegir entre los perros o perderme regresando por otro camino.

Comencé a orar pidiendo ayuda a Dios y decidir qué camino tomar, entonces alcancé a una persona de la calle (una de los millones que hay en India), que iba en mi misma dirección. Caminé al mismo ritmo que él y le expliqué que por un tramo me mantendría a su lado debido a mi encuentro con los perros. Él no hablaba inglés y yo no hablaba hindi. Dudo que una persona blanca haya hablado con él antes, menos aún vestida con equipo para correr. Pienso que no tenía idea de por qué busqué su compañía, pero muy cordialmente me acompañó al pasar junto a los perros, quienes, en esta oportunidad, no mostraron ni el más mínimo interés en mí. Después de esas cuadras, le di gracias a mi anfitrión y continué corriendo.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / enero de 2011

La misión del Heraldo

 “...para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.