El mundo parece más pequeño y todo rostro un amigo cuando nos unimos en oración los unos por los otros. "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos".Mateo 18:20. El "yo" es la manifestación de Dios o el Cristo. El Cristo salvador resplandece en medio de la oración para dispersar la oscuridad mental, como una luz divina que aparece aun antes de que se produzca la curación. El Cristo es el mensaje espiritual que renueva la esperanza y fortalece la fe hasta que experimentamos el poder y la habilidad que tiene Dios para sanar y salvar.
La seguridad que brinda Dios no termina con la inspiración inicial. La salvación continúa hasta que la más mínima ansiedad, pecado y enfermedad es eliminada permanentemente. Aun entonces el Cristo salvador no nos abandona. El Cristo, la Verdad, permanece con nosotros para protegernos de la agresión mundana o de nuestras propias dudas. El Cristo permanece para siempre con nosotros para proteger nuestra pureza.
Reunirse en nombre de Cristo es parte de la Iglesia. Esta reunión espiritual tiene un móvil más elevado que la camaradería o una amena experiencia social. Es un acercamiento espiritual cuyo propósito es sanar y salvar. La palabra "reunir" es de origen griego e ilustra este significado profundo. Implica unión, ser completo.Véase Strong's New Testament 4863, 4862. Nos unimos para alabar a Dios y elogiar Sus maravillosas obras para con los hijos de los hombres.Véase Salmo 107:8. Nos unimos anhelando comprender más la naturaleza divina y su actividad. Nos unimos mentalmente con todas las personas de pensamiento espiritualizado que conocen y hacen la voluntad de Dios. El Cristo está presente en este concepto espiritual de una Iglesia viva.
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