¿Has luchado interiormente alguna vez por dudar de tu fe? ¿Has anhelado de todo corazón encontrar respuestas que "alimenten tu alma"? ¿Has querido sentir que tu travesía espiritual va por el camino correcto?
Yo sí.
Cuando tenía dieciséis o diecisiete años asistía con regularidad a una Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. De hecho, había estado asistiendo toda mi vida. Conocía los Diez Mandamientos, las Bienaventuranzas. Me encantaban algunas historias de la Biblia. Pero no lograba sentir ningún entusiasmo ni vitalidad por mis convicciones.
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