¿Has estado envuelto alguna vez en la construcción de una casa? Yo sí, y es increíble lo que uno aprende. Se empieza estableciendo un fundamento fuerte, por eso lo primero que se ponen son los cimientos de concreto. A partir de allí se levantan las paredes y todos los importantes elementos que se necesitan para erigir una casa firme y sólida.
Un día, estaba leyendo el libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, cuando me encontré con este pasaje: "La Ciencia Cristiana sana la enfermedad orgánica tan positivamente como sana lo que se llama enfermedad funcional, porque sólo se requiere una comprensión más completa del Principio divino de la Ciencia Cristiana para demostrar la regla superior".Ciencia y Salud, pág. 162. Yo lo había leído varias veces, pero en esta ocasión la última parte me llamó mucho la atención.
Esa noche oré para comprender mejor el Principio divino y, horas después, me vino la repuesta en tan solo tres palabras: "Son los requisitos". Percibí que Dios, la Mente divina, hizo su creación teniendo por cimientos Sus maravillosas cualidades espirituales, tales como: sabiduría e inteligencia, equilibrio y armonía, fortaleza e inspiración, lealtad y honradez, amor y compasión, belleza y gracia. Me di cuenta de que estos son los requisitos que deberíamos cumplir nosotros en todos los aspectos de nuestra vida. Podríamos decir que el Principio es nuestro código de construcción.
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