P: ¿Es correcto que un Primer Lector lea en las reuniones de testimonios de los miércoles del capítulo de Los Frutos de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy?
R: Si tu pregunta es si hay algún Estatuto del Manual de la Iglesia que indique que un Lector no debería usar citas de este capítulo, la respuesta es que no he encontrado ninguna. No hay registro de que la Sra. Eddy siquiera comentara sobre el particular. Sus instrucciones son específicas: las lecturas en las reuniones de los miércoles deben ser de la Biblia y de Ciencia y Salud. (Ella tampoco especificó la Versión King James de la Biblia, aunque esta es la traducción que se usa tradicionalmente en los países de habla inglesa.)
Muchos años después del fallecimiento de la Sra. Eddy, algunos números del Christian Science Journal y del Christian Science Sentinel (1938, 1939, 1954), publicaron directivas que indicaban que no deben incluirse citas de Los Frutos en las lecturas de los miércoles. Un manual para Lectores, publicado por La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana que circuló durante muchos años, también incluía esta política. Según recuerdo, el razonamiento en aquella época era que los testimonios publicados en Los Frutos no eran las palabras de la Sra. Eddy.
Aunque esto nos dice que hubo una época en que se consideraba inapropiado hacerlo, también indica que no hay una regla firme y definitiva. La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana alienta a las personas e iglesias a recurrir al Manual y llegar a sus propias conclusiones inspiradas por la oración respecto a este tema, como pueden hacerlo sobre otros asuntos relacionados con la iglesia.
Hace muchos años, cuando era Primera Lectora en mi iglesia filial, me sentí guiada a incluir uno de los testimonios de Los Frutos, después de terminar las lecturas de Ciencia y Salud. Hice una distinción entre las palabras de la Sra. Eddy y las palabras de los testificantes, anunciando el título del capítulo de Los Frutos. Luego leí el testimonio, las iniciales y lugar de residencia del testificante. De esa forma no hubo ninguna duda de que esas palabras eran de la persona que había escrito el testimonio.
Quizás lo más importante sea determinar si el Primer Lector se siente o no inspirado —divinamente guiado— a incluir uno o más de esos testimonios. Es probable que esto no ocurra con frecuencia, pero si lo hace porque se ha sentido genuinamente inspirado a hacerlo, todos aquellos que escuchen las lecturas sólo podrán ser bendecidos.
