Al leer los titulares del diario, me resultó fácil ver lo que la gente quiere decir cuando habla de los males del mundo. Cristo Jesús habló de vencer al mundo (véase Juan 16:33). Por supuesto que él estaba usando esta palabra para referirse a la discordancia, el temor y la limitación, a todo lo que es desemejante a Dios.
A veces puede que sintamos que el esfuerzo del mundo para imponernos sus limitaciones y sufrimientos es demasiado grande como para hacerle frente. No permitas que la palabra mundo te abrume. Eres hijo de Dios, Su semejanza misma, de manera que tu naturaleza espiritual es mayor que el mundo con todas sus creencias agresivas. La mente humana puede que tenga sus dudas. No obstante, tienes la autoridad de las Escrituras para reconocer esta verdad. La Biblia lo describe de la siguiente manera, después de referirse a algunos de los males del mundo: “Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1° Juan 4:4).
Tú tienes mucho más poder del que crees. Piensa en esto: la supremacía del bien que hay dentro de tu ser es más grande que todo el mal que hay en la tierra. Cuando oras, declara con alegría la ilimitada presencia divina que expresas. La arrogancia del error no puede oponerse a esta clase de poder espiritual.
El error no tiene poder legítimo, ni sustancia absoluta. Entonces, ¿qué es su tal llamada sustancia? ¿Has visto alguna vez a un publicista aéreo cuando escribe las letras en el cielo con humo blanco desde el avión? ¿Qué pasaría si escribiera el nombre de una enfermedad? ¿Acaso sería eso un peligro para ti? O si escribiera la palabra conflicto, ¿correrías el riesgo de pelearte con alguien?
Pienso que el mal, cualquiera sea la forma que asume, es como la estela de humo que deja la mente mortal al pasar a la deriva por la consciencia. Es posible que sintamos temor por los síntomas que la mente mortal está escribiendo. Pero, tal como las corrientes de aire disipan las letras que el piloto deja al pasar, el mensaje del error comienza a dispersarse a medida que una brisa espiritual lo disuelve. El libro Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras de Mary Baker Eddy, explica una de las formas en que la Biblia se refiere a la idea de viento como “Aquello que indica el poder de la omnipotencia y los movimientos del gobierno espiritual de Dios, envolviendo todas las cosas” (pág. 597). Este movimiento del gobierno divino es la acción determinante en tu consciencia y, por ende, en tu vida. Piensa en esta brisa sagrada dispersando la evidencia de discordancia o malestar, así como se dispersan las palabras del publicista aéreo.
No hay nada verdaderamente sustancial en lo que “el mundo” declara que te impone. A medida que aceptes que el amor de Dios se mueve a través de tu pensamiento, el mensaje mortal se disolverá y desaparecerá, porque “mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”.