En todas partes, todos los días, nos dicen, o escuchamos en las noticias, que esto o aquello es irremediable. La expresión irremediable se aplica a las relaciones, a la búsqueda de empleo, a los problemas físicos y mentales, a los intentos de traer paz a las zonas más conflictivas del mundo, a la búsqueda de justicia individual y colectiva, y a muchas otras cosas. Esto implica, por ende, que siempre hay alguna situación, problema o trastorno para el cual no hay ninguna solución.
Ahora, permíteme que haga esta pregunta que puede que no parezca tener relación alguna con lo que acabo de decir: ¿Es acaso posible convencer a los matemáticos, que están totalmente conscientes de que trabajan con una ciencia exacta, de que hay un problema de matemáticas para el cual no hay solución? Y puede que alguien incluso piense que no es justo comparar los problemas que antes mencioné con simples problemas de matemáticas.
No obstante, es correcto hacer esta comparación, porque la Ciencia Cristiana es una ciencia verdadera y exacta. Un Científico Cristiano tiene la expectativa de sanar con la oración, así como la gente espera obtener respuestas correctas en matemáticas.
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