El Manual de la Iglesia por Mary Baker Eddy es en cierto sentido la constitución de La Primera Iglesia de Cristo, Científico, La Iglesia Madre de la Ciencia Cristiana. El mismo establece las responsabilidades de miembros y funcionarios de la Iglesia, así como las de La Iglesia Madre y las iglesias filiales, entre otras. Pero ¿qué pasaría si, además de ver el Manual como un conjunto de reglas de la Iglesia, lo viéramos como una guía para la vida, un marco conceptual para todo lo que hacemos, desde nuestra relación con la familia hasta nuestra carrera profesional?
En el estilo de vida que define el Manual de la Iglesia, encontramos entre otros, los siguientes aspectos: seguir a Jesús, vivir como un sanador, llenar tu corazón de gratitud y amor, promover la paz, usar el tiempo de manera productiva, expresar una sabiduría práctica o proceder en general con sabiduría, economía y amor fraternal (véase 92 4-12; 41:1-6, 60:17-18, 45:5-14, 49:8-15, 77:18-22, 60:9-11).
El Manual indica que los miembros deben utilizar la Biblia y las obras publicadas de Mary Baker Eddy como "sus únicos libros de texto para instruirse en la Ciencia Cristiana, y para enseñar y practicar la curación metafísica" (34:4-16). El Manual dice que la Biblia es nuestra "guía suficiente para la Vida eterna" (15:3-5). Y en conjunto, la Biblia y los escritos de Mary Baker Eddy muestran cómo expresar un sentido más elevado, más permanente de salud —cómo mostrar una compasión divina que evoca el poder sanador de Dios. Estos libros enseñan la moral y la ética que no se basan en normas externas que cambian, sino en el Amor infinito, a la espera de ser descubierto en cada corazón humano. Pero si haces solamente lo que el Manual te inspira a hacer, ¿acaso no te haría hablar de la Ciencia Cristiana todo el tiempo? ¿No sería eso aburrido y te transformaría en una persona insoportable?
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