Al conducir por la carretera desde el aeropuerto de Kabul, Afganistán, para asistir a una reunión en la sede central de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF por sus siglas en inglés), sólo puedo ver los ojos de las mujeres que paso en el camino.
Para las mujeres la vida aquí es muy diferente a lo que acostumbramos ver en los Estados Unidos. Los hombres caminan con los hombres y las mujeres caminan detrás de ellos llevando todo y vistiendo burkas que tapan todo su cuerpo excepto los ojos. Después de ver esto, día tras día, en muchos países de esta región, no puedo dejar de preguntarme si estas mujeres alguna vez tendrán más libertad.
Según un estudio de la OTAN sobre las mujeres aquí en Afganistán, realizado en los últimos cinco años, ellas son honestas, dignas de confianza, afectuosas y oran por la paz. Muchas mujeres que he conocido y con quienes he hablado, a veces con un intérprete, oran todos los días, cuidan de sus hijos y hacen lo correcto. Su fortaleza y determinación son increíbles para mí.
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