P. ¿Cuál es la política de La Iglesia Madre respecto a la sexualidad y la afiliación?
R. En ocasiones, la Oficina del Secretario recibe consultas acerca de la compatibilidad de ciertos tipos de relaciones sexuales con la afiliación a La Iglesia Madre. Aunque parecería que estas preguntas podrían ser respondidas con un simple sí o no, nuestra Iglesia está comprometida con algo más profundo: unirse con aquellos que nacen “de nuevo en el Espíritu” (Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 35).
Al reflexionar sobre esto, ¿quién querría pertenecer a una iglesia que piensa que para ser miembro es suficiente con establecer una lista de comportamientos aceptables e inaceptables, y luego decidir si se está de acuerdo con ellos o no? Para el apóstol Pablo, el Cristo entra en el corazón de cada uno (¿y no es acaso precisamente esta la razón por la que nos unimos a la Iglesia?), siempre y cuando hayamos cambiado por completo la imagen que tenemos de nosotros mismos: “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”, (Gálatas 3:26).
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