La Pascua es una época en que muchos reflexionan acerca de la resurrección y ascensión de Jesús, y su propósito de demostrar a la humanidad que la Vida es Dios, y es eterna.
El primer capítulo del Génesis sienta las bases de la relación inquebrantable que tenemos con nuestro Progenitor divino, al decir que el hombre es la imagen y semejanza de su Hacedor (véase Génesis 1:26, 27). Esto quiere decir que no podemos estar separados de Dios. Es más, el hombre y toda la creación divina, todo el universo, son uno con Dios. Esto implica que no puede haber separación alguna entre la Mente infinita, Dios, y Su creación perfecta.
Una cita de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras me ha ayudado a comprender mejor nuestra unidad con Dios. Mary Baker Eddy escribe: “La Ciencia divina del hombre está tejida en una sola tela consistente, sin costura ni rasgón” (pág. 242).
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!