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Una estructura sólida para el Mundial de 2014

Del número de mayo de 2014 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Original en portugués


Cuando Brasil fue seleccionado como sede de la Copa Mundial de Fútbol de 2014, hubo una alegría generalizada en el país. Después de todo, el fútbol es el deporte nacional, y este popular torneo internacional se llevaría a cabo, por así decirlo, “en casa”. Todo el mundo se alegró aún más cuando la ciudad de Río de Janeiro fue designada como sede de los Juegos Olímpicos de 2016. Muchos lloraban de alegría.

En la antigüedad, los griegos decidieron establecer torneos deportivos periódicos en sus diferentes ciudades-estado, con la intención de reemplazar así las constantes guerras que había entre ellos. Competencias deportivas en lugar de combates armados. Podemos decir que esto representó un avance para la humanidad en aquella época y lugar. Por la misma razón, los pueblos indígenas de Brasil crearon algo similar, el Quarup, una competencia deportiva entre sus tribus. Por tradición, el Quarup, se sigue celebrando hoy en día, así como se siguen celebrando los Juegos Olímpicos. Deportes en lugar de guerras. ¡Es maravilloso! Es un indicio de que existe una inteligencia superior que está en operación en el pensamiento humano.

Puesto que todo lo que merece nuestro apoyo, también merece nuestras oraciones, muchos Científicos Cristianos en Brasil, incluida yo misma, pronto sentimos la necesidad de elevar el pensamiento y obtener una visión más espiritual de los acontecimientos en torno al Mundial de Fútbol. En otras palabras, sentimos la necesidad de orar.

Serios cuestionamientos y protestas han surgido en relación con el costo de la construcción y el mantenimiento de los estadios, el desarrollo de las obras, posibles fallos de infraestructura, sospechas de corrupción, y así sucesivamente. Como resultado, un evento que es intrínsecamente bueno comenzó a verse como algo muy negativo.

En la Ciencia Cristiana aprendemos que Dios es la única Mente, el único Creador.

La Ciencia Cristiana explica que este es el proceso mediante el cual opera la mente carnal, también llamada mente mortal. Intenta oponerse al bien, Dios, e impedir el progreso, sugiriendo que la contrahechura de la creación de Dios es real, es decir que la creación incluye falta de honradez en vez de honestidad, discordia en vez de orden y paz, decisiones erradas en lugar de decisiones inteligentes, y así sucesivamente.

Mary Baker Eddy explica: “La mente mortal invierte la verdadera semejanza, y confiere nombres y naturalezas animales a sus propias concepciones erróneas”. Y añade: “... esta así llamada mente pone de manifiesto sus propias cualidades, y pretende que Dios es el autor de ellas; ...” (Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 512).

En cambio, en la Ciencia Cristiana aprendemos que Dios es la única Mente, el único Creador, y que la oración científica, que niega las falsas características de la mente mortal y anula su existencia, debe estar fundamentada en la iluminación espiritual que proviene de la Mente divina.

Yo comparo esta iluminación con la llegada de la luz del sol, que recae sobre todo el mundo de forma imparcial. La Sra. Eddy dice: “La luz del sol destella desde la cúpula de la iglesia, atisba en la celda de la prisión, se desliza en el aposento del enfermo, ilumina la flor, embellece el paisaje, bendice la tierra” (Ciencia y Salud, pág. 516). Esta luz de la comprensión espiritual, o Verdad, también alcanza las oficinas gubernamentales en todas partes, se desliza en las obras de construcción, y bendice los esfuerzos bien intencionados de todo aquel que participa de alguna forma en el Mundial. Esa Verdad anula la creencia de que los problemas son inevitables en una empresa tan grande y que tal vez no haya la estructura necesaria en el país, sobre todo en cuanto a la organización.

En la medida que cedemos a esta Verdad, vemos evidencias de que hay un solo Dios y, por lo tanto, una sola inteligencia suprema gobernando la Copa del Mundo.

En la medida que cedemos a esta Verdad y dejamos que ilumine la consciencia humana, vemos evidencias de que hay un solo Dios y, por lo tanto, una sola inteligencia suprema gobernando la Copa del Mundo, en lugar de muchas mentes (opiniones) en conflicto. Veremos claras evidencias de que cada persona envuelta en este evento es la manifestación de la Mente única y armoniosa.

Cuando recordamos que hay un solo Ego, no es difícil amar a las personas encargadas de la organización del Mundial. Al hacer esto, no pensamos en “nosotros” y “ellos”, sino que reconocemos al infinito Uno, en quien “vivimos, y nos movemos, y somos”, como la Biblia nos dice (Hechos 17:28). Reconocer este hecho espiritual es la base para el amor verdadero. Al vivir este amor en nuestra vida —en casa, en el trabajo, en las actividades de la iglesia— estamos orando por la Copa del Mundo y por los Juegos Olímpicos. Estamos contribuyendo a que haya una atmósfera mental armoniosa en nuestro país. Esta es la “inclinación normal del hombre” (véase Ciencia y Salud, pág. 205), creado a imagen y semejanza de Dios.

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