¡Hola! Estoy en primer grado, y me encantan las matemáticas.
Me gusta mucho ir a la escuela, y jugar fútbol y nadar.
Me llevo bien con mis compañeros. Y durante el recreo jugamos a las escondidas.
Mi mamá tiene una academia de danza, y yo me divierto aprendiendo a bailar jazz y hip-hop.
En la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana aprendo sobre Dios y que soy Su hija amada. También me sé todas las historias de la Biblia porque tengo una Biblia ilustrada para niños, que es mi libro favorito.
Me sé de memoria el Padre Nuestro, hasta con su sentido espiritual por Mary Baker Eddy de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras (pág. 16). Así que digo esta oración cuando tengo problemas o no me siento bien.
Un día estaba con mi papá visitando a su familia en Morelia, en el centro del país, y no me sentía bien y empecé a estornudar. Mi papá pensó que tenía fiebre y sintió que eso pasaba porque hacía mucho frío.
Entonces le dije a mi papá que no se preocupara porque yo sabía que Dios me podía curar. Pero mi papá no cree lo mismo, y dijo que necesitaba medicina. Trató de convencerme de que la tomara, pero no quise. Le dije: “Yo no necesito la medicina. ¡Yo necesito a Dios!” Entonces empecé a orar el Padre Nuestro. Y a la mañana siguiente desperté bien.
¡Gracias Dios!