De niña iba al dentista con regularidad para realizarme chequeos y limpiezas. Pero después de graduarme de la universidad y vivir por mi cuenta no volví a ir al dentista por varios años. No tenía seguro dental y en aquella época tampoco tenía el dinero para pagar una visita.
Finalmente, decidí ir a una escuela de estudiantes de odontología para que me hicieran una limpieza y un examen gratis. El estudiante encontró algunas caries. El dentista supervisor confirmó los hallazgos del alumno y encontró otra caries. Tomaron radiografías y me aconsejaron que fuera al dentista en un mes para realizarme los empastes.
Un año después pude comprar un seguro médico. Entonces programé una cita con el dentista que proveía el seguro.
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