“El tiempo es una medida de variación” escuché en un programa de televisión en donde hablaban sobre el Cosmos. Los físicos presentes estaban considerando la posibilidad de viajar en el tiempo. Dos temas de esta charla llamaron mi atención.
Primero, decir que el tiempo es una medida quita el poder que a veces le estamos otorgando. Pensamos que el tiempo tiene influencia en nosotros, que nos limita, que necesitamos más de él, que todo mejorará, o empeorará, a medida que pase. No obstante, una medida o forma de medir algo no tiene mayor importancia que registrar lo que se está midiendo. Nadie diría que la cinta de medir influye en la estatura de alguien. Y qué tal si medimos en centímetros, ¿influirá más que si medimos en pulgadas? Jesús también hizo la pregunta: “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?” (Mateo 6:27).
Así mismo, el año, que es la medida de una vuelta al sol, no mide lo mismo si estamos en la Tierra o si estamos en Júpiter. Se puede decir que uno viviría menos años en Júpiter que en la Tierra, pero eso no tendría influencia en el período de la vida humana de alguien.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!