Sumida en un proyecto, oré por paciencia, guía y compasión. Las cosas mejoraron un poco, pero cuando terminé estaba agotada. Unos meses después inicié un proyecto similar. Esta vez exclamé: “¡Qué divertido! ¡Me siento tan bendecida!”.
¿Qué fue lo que cambió?
Esta pregunta me hace pensar en cuando Cristo Jesús estaba caminando junto al Mar de Galilea, y vio a dos hermanos pescando. Él dijo: “Seguidme, y yo os haré pescadores de hombres” (Mateo 4:19, LBLA). Simón y Andrés dejaron caer sus redes y lo siguieron. Jacobo y Juan, también hermanos, estaban reparando sus redes cuando Jesús los llamó. Ellos también dejaron sus redes y lo siguieron.
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