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Original Web

Oremos por Argentina

Del número de noviembre de 2025 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 8 de septiembre de 2025 como original para la Web.

Original en español


Una de las obligaciones que tenemos como Científicos Cristianos es orar por el mundo, incluso por nuestras comunidades y nuestros países. En este momento, mi país, Argentina, atraviesa situaciones difíciles. Muchas personas sienten que existe una gran necesidad de honestidad, transparencia y bien para todos. Eso aún no se ha cumplido.

La Ciencia Cristiana nos muestra que no son las personas, sino el error —el mal o la así llamada mente carnal— lo que es la fuente del problema. Así que, como Científica Cristiana, no me esfuerzo por aceptar la apariencia del mal personificado, sino por elevar mi pensamiento con el sentido espiritual. En lugar de ver a las personas o situaciones desde una perspectiva material, trato de verlas desde la perspectiva de Dios.

Me resulta útil orar con la definición de Dios del Glosario de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, escrito por Mary Baker Eddy: “El gran Yo soy; el que es todo-conocimiento, todo-visión, todo-acción, todo-sabiduría, todo-amor, y es eterno; Principio; Mente; Alma; Espíritu; Vida; Verdad; Amor; toda sustancia; inteligencia” (pág. 587).

Considero lo que esto significa tanto para los que gobiernan como para los que son gobernados en mi país. Puesto que Dios es el único Principio, la ley de Dios no puede ser violada. Si hay desarmonía, la ley de Dios la eliminará. Sus pensamientos son más elevados que nuestros pensamientos. El propósito de Dios para la humanidad siempre es bueno.

Cualquier situación inarmónica puede ser anulada por la ley de armonía y paz de Dios. El hombre refleja a Dios. La Mente divina gobierna los pensamientos de todos los ciudadanos, y manifiesta unidad y paz. Además, debido a que Dios es Mente, la Mente gobierna e imparte sabiduría para actuar en el momento justo y para saber cómo hacerlo de una manera que bendiga a todos. Todos, tanto los que gobiernan como los que son gobernados, deben reflejar esta sabiduría. Dios, por ser Amor, guía a las personas a hacer valer sus derechos sin violencia.

Como Dios es Alma, expresa belleza, armonía, alegría. Los hijos del Alma no pueden estar desesperados. Reflejan las cualidades del Alma, incluida la paz de Dios.  Al conocer a Dios como Espíritu, vemos todo como ideas perfectas y espirituales, que poseen estabilidad, vitalidad y propósito. No podemos mantener la escasez en el pensamiento.

Dios es la Verdad, por lo que cada mala acción debe ser descubierta para ser sanada tanto para los gobernados como para los gobernantes. Dios es la verdadera sustancia, y en la sustancia del bien, la sustancia del Amor infinito, no puede haber escasez ni mal. En el Amor no hay envidia, odio, limitación. En el Amor hay armonía y abundante bien. Todos se benefician. Los gobernados y los que gobiernan son beneficiarios de la abundancia que Dios nos brinda cada día.

La Ciencia Cristiana revela que no hay divisiones, odio o egoísmo entre los hijos de Dios, que son buenos y espirituales como Él. Estos errores solo existen en el pensamiento falso y material que percibe equivocadamente la realidad. La Sra. Eddy pregunta: “¿Puedes ver a un enemigo, a menos que primero le hayas dado forma y luego contemples el objeto de tu propia concepción?” (Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 8). Si nos hemos equivocado en nuestras acciones, podemos recurrir al Principio divino, Dios, para rectificar nuestro curso. San Pablo nos asegura: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:1).  

Solo hay un Dios, que es todo bueno, por lo que solo podemos reflejar el bien. El mal no tiene identidad porque no viene de Dios.

Como Jesús enseñó en su parábola de la cizaña y el trigo, debemos aceptar solo el trigo de la Verdad y no la cizaña o las malas hierbas del error. Tenemos que elevar nuestros pensamientos hacia la realidad perfecta y espiritual. No es fácil, pero es un desafío que podemos abordar cada mañana para orar por el mundo. Llenamos nuestros pensamientos con la Verdad y el Amor y esto nos mantiene alerta, seguros y hace que seamos una bendición.

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