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Ella se sentía una víctima —según su propia confesión— e identificarse de esa manera la hacía sentir especial. Pero cuando comenzó a aprender sobre la Ciencia Cristiana, esta autora se dio cuenta de que quería abandonar la identidad de víctima por algo infinitamente mejor.
Si bien es posible que extrañemos la oportunidad de adorar juntos en las congregaciones de la iglesia cuando las medidas del encierro prohíben o limitan esas reuniones, es maravilloso descubrir que la Iglesia es una idea que continúa prosperando —y bendiciendo— sin obstáculos.
Acababa de perder a su madre, y luego la persona que, según sentía, era su alma gemela rompió con ella. ¿Qué podemos hacer cuando todo se está desmoronando? Entre otras cosas, esta autora explica que confiar en la ayuda constante de Dios a cada momento puede ser siempre una ayuda presente.
Orar para conocer y sentir el bien espiritual elimina la ansiedad y trae una consciencia de la presencia y el poder divinos. Esto impartió paz y comprensión, permitiendo a esta autora dejar de lado la ansiedad, el temor y la preocupación cuando no se había emitido una visa para un viaje al día siguiente, lo que tuvo como consecuencia un resultado armonioso.
Ella nunca había pensado en sí misma como una corredora, pero mientras se preparaba primero para una carrera de 5000 metros y luego una media maratón, esta autora descubrió que correr era mucho más que atletismo. En realidad, era una oportunidad para aprender más acerca de Dios, y esta comprensión no solo la ayudó a superar las limitaciones, sino que también la ayudó a sanar de una lesión que había sufrido antes de la carrera.
Un adolescente comparte cómo ha estado orando durante la pandemia para sí mismo, los negocios de su padre y el mundo.
Este año, tenemos oportunidades todos los días de escribir una nueva página en los libros de nuestra vida y en el cumplimiento de la ley del crecimiento espiritual. Nuestro éxito ya está asegurado, porque solo se nos pedirá que hagamos lo que incuestionablemente somos capaces de hacer.
Cada vez que honramos esta unidad espiritual con Dios, por medio del Cristo, como Jesús vino a mostrarnos, encontramos continua quietud en nuestro corazón. Este es el obsequio sanador que no depende de las circunstancias externas, sino que puede sentirse dentro de uno mismo, al instante.
Saber que necesitamos a Dios es una bendición, porque entonces se restaura la esperanza y encontramos nuestras respuestas
Esta estudiante universitaria ya se sentía abrumada cuando de repente se enteró de que tendría que prepararse para un examen adicional. ¿Cómo iba a hacerlo todo? Dios tuvo una respuesta sorprendente para ella.