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Este año, tenemos oportunidades todos los días de escribir una nueva página en los libros de nuestra vida y en el cumplimiento de la ley del crecimiento espiritual. Nuestro éxito ya está asegurado, porque solo se nos pedirá que hagamos lo que incuestionablemente somos capaces de hacer.
Cada vez que honramos esta unidad espiritual con Dios, por medio del Cristo, como Jesús vino a mostrarnos, encontramos continua quietud en nuestro corazón. Este es el obsequio sanador que no depende de las circunstancias externas, sino que puede sentirse dentro de uno mismo, al instante.
Saber que necesitamos a Dios es una bendición, porque entonces se restaura la esperanza y encontramos nuestras respuestas
Esta estudiante universitaria ya se sentía abrumada cuando de repente se enteró de que tendría que prepararse para un examen adicional. ¿Cómo iba a hacerlo todo? Dios tuvo una respuesta sorprendente para ella.
Hoy en día, a todos se nos ha encargado que prestemos mucha atención a la limpieza. Podemos aplicar esto no solo a nuestras manos y a las superficies a nuestro alrededor, sino también a nuestro pensamiento, dejando que la pureza de Dios nos limpie totalmente del temor y la enfermedad.
Sin importar lo que podamos ver u oír, ya sea en nuestra propia experiencia o en las noticias, hay una verdad a la que todos podemos aferrarnos que hace más que lograr que nos sintamos mejor. Nos ayuda a detectar y sacar a relucir la fuerza espiritual del bien divino que es capaz de producir el cambio.
Cuando una prueba en una de sus materias más aterradoras se cernía sobre su cabeza, esta autora comenzó a prepararse para el examen con la oración. Lee cómo valió la pena hacerlo.
El nuevo año escolar tuvo un comienzo difícil para esta estudiante de bachillerato: nadie sabía que existía. Como las cosas no mejoraban, recurrió al Padre Nuestro en busca de ayuda y tuvo un cambio en el pensamiento que la llevó a tener una experiencia escolar muy diferente.
La senda hacia la reconciliación comienza al establecer nuestra unión con Dios, lo que nos ayuda a encontrar un sentido de unidad de unos con otros en la comprensión de que todos los hijos de Dios reflejan la Mente divina.
Después de lastimarse el pulgar durante un partido de fútbol, este adolescente inicialmente se preguntó si tenía suficiente fe como para ser sanado. Pero poco a poco, mientras oraba, su fe aumentó y se produjo la curación.