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Comencé a identificar las hermosas cualidades espirituales de Dios que constituyen lo que soy. Algunas de ellas son la alegría ilimitada, la compasión, la confianza y la inteligencia.
Qué reconfortante es saber que el mundo no puede darnos ni quitarnos estabilidad. Ahora tenemos esa estabilidad en la realidad espiritual de Dios, y podemos traer esa consciencia para calmar, elevar y redimir el mundo que nos rodea.
Publicado originalmente en francés
La sustancia es Dios, la fuente de toda existencia; no está en la materia. Debido a que Dios es el Principio, el orden divino permanece perfecto e inalterado. No puede haber fragmentos ni fracturas. El reino de Dios es perfectamente estable.
Esta “dirección bendita” está a la mano en este momento (y a cada momento) para guiar suavemente cada uno de nuestros pensamientos y acciones hacia la seguridad y la serenidad.
Cada vez que pensaba en mi caballo, me aseguraba de pensar de la manera correcta. En lugar de preocuparme —de tener pensamientos de temor— pensaba en que él era la creación espiritual de Dios.
Al pensar en ello, creo que negarme a ceder al miedo fue el momento decisivo en la curación. Físicamente, no sentí ningún cambio inmediato, pero había tomado una decisión y sabía que no iba a ser disuadida de esta decisión basada en la espiritualidad.
El Cristo siempre presente es nuestro abogado. Habla la Palabra de Dios, la Verdad, a cada corazón humano, y es lo suficientemente poderosa como para desinflar la contención, anular el mal y sanar la enfermedad.
Cuanto más reconocía a Dios, menos miedo y confusión sentía. Veía a Dios, la Mente, como el único que verdaderamente “tomaba decisiones”, y sabía que Él no cometía errores.
Como resultado de esta experiencia, se fortaleció mi comprensión de que las declaraciones profundas y concienzudas de la unidad del hombre con Dios destruyen toda falsedad.
Original in Spanish
Podemos estar seguros de que Dios, el Amor divino, está siempre a nuestro lado, que somos uno con Él. Del mismo modo que alguien frente a un espejo es uno con su reflejo, o el sol es uno con sus rayos.