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Publicado originalmente en alemán
La mayor comprensión que he obtenido a lo largo de los años es que Dios es Amor, y que la Mente divina infinita y omnipotente es inseparable de cada uno de nosotros, y nos ayuda a ver a través de las nubes del error hacia la Verdad divina y experimentar el bien que tenemos al alcance de la mano.
Antes de cada prueba, reconocía que no estaba haciendo nada por mi cuenta y que Dios estaría conmigo todo el tiempo.
Con humildad en mi corazón, me sentí impulsada a dejar que Dios me guiara hacia donde pudiera servirle mejor.
Podemos confiar en que un Dios amoroso está a cargo de nuestro bien; entonces no tendremos temor ni estaremos enojados de que alguien por quien no votamos asuma el cargo.
Todos tenemos una función vital que desempeñar para dar testimonio del Amor que es Dios como el único y verdadero motivador de cada uno de nosotros. Comprender esto y orar desde este punto de vista por un vecindario, una comunidad o un mundo tendrá sin duda un efecto sanador.
El mensaje divino que había traído la curación me hizo darme cuenta de que el trabajo que tenía por delante era comprender la continuidad del funcionamiento armonioso de Dios, al cual reflejo.
Cuando entramos a la casa, mi mamá y yo hablamos de la lección que había aprendido ese día y de la verdad espiritual que también había aprendido.
Todos podemos decidirnos a sentir el dominio del Amor divino en nuestras vidas y experimentar el resplandor de Dios.
El practicista escucha humildemente a Dios y conoce la verdad del mensaje que está recibiendo tan profunda y desinteresadamente que el paciente se siente naturalmente bendecido y beneficiado.
Cuando nos volvemos a Dios para descubrir lo que realmente está sucediendo, el sentido espiritual nos libera del sufrimiento al revelar la realidad armoniosa de Dios y del hombre.