Originales Web
Cuando nos apoyamos en Dios y nos sometemos a Su supremacía y cuidado, descubrimos cada vez más que podemos regocijarnos en lugar de preocuparnos.
Nuestra identidad está definida por Dios y no se puede encontrar en el ruido de las opiniones humanas, en los diagnósticos médicos, ni siquiera en la empatía y los temores bien intencionados de familiares y amigos.
Unos días más tarde, experimenté la necesaria transformación del pensamiento. Desperté dándome cuenta de que todo lo real, bueno o correcto es la manifestación del Amor divino: perfecto, completo y hermoso.
Una luz espiritual inundó mi pensamiento, y el dolor cesó instantáneamente. Yo era uno con Dios, perfecto y espiritual, y lo sabía.
Estaba tan absorta en recordar y escribir décadas de curaciones que revelaban mi verdadera naturaleza otorgada por Dios, que, para cuando dejé de trabajar por la noche, los preocupantes síntomas habían desaparecido por completo.
Cuando asistí a mi primer servicio religioso, se mencionó que el pastor de la Ciencia Cristiana consiste en la Biblia y Ciencia y Salud. Esto resonó en mí.
El bebé de la curación cristiana y mi función como sanadora —escuchar el mensaje del Cristo, estar con otros en oración y ser testigo de la perfección y plenitud que Dios les había dado— no podían ser arrebatados de mis brazos.
Publicado originalmente en portugués
No creo que habría podido tener este cambio si no me hubiera comunicado con la enfermera de la Ciencia Cristiana. Me hizo tomar conciencia del tierno cuidado de Dios por mí.
Nadie puede reemplazar o sustituir a Cristo Jesús como el Mostrador del Camino de la humanidad. Su lugar como el Salvador del mundo es único.
Original en francés
Confiar en Dios con comprensión nos permite tener dominio sobre cualquier cosa que parezca contraria a Su bondad.