Estaba preocupado. Pasaría el verano como consejero en un campamento para Científicos Cristianos, y no estaba seguro de poder trabajar a mi máximo potencial. A menudo he luchado con la fatiga y la falta de resistencia, especialmente en los deportes. Y ahora iba a trabajar con los niños más pequeños del campamento, que siempre están llenos de energía. Además de eso, los consejeros están constantemente lidiando con muchas exigencias y la sensación de que los requieren por todas partes, y me preocupaba no poder mantenerme lleno de energía y sentirme entusiasmado de trabajar.
Efectivamente, después de tan solo una semana con mis campistas, ya estaba empezando a sentirme agobiado por el trabajo. Me sentía extenuado. No estaba tan dispuesto a estar con los niños como quería, y todavía quedaba mucho tiempo del verano por delante.
Orar siempre me ha ayudado cada vez que estoy lidiando con algún desafío en mi vida. Así que comencé a orar por la fatiga. Una forma de orar que me gusta es pensar en un pasaje de la Biblia o Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras que me dé una perspectiva más espiritual. Esta vez, la idea que me ayudó fue “Dios descansa en acción” (Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud, pág. 519). Los niños pequeños estaban constantemente llenos de energía, y se me ocurrió que nunca se preocupan de que su energía pudiera ser limitada. Era tan fácil ver que su energía proviene de Dios, una fuente ilimitada. Esto me ayudó a darme cuenta de que mi energía también proviene de Dios, no de dormir más o trabajar menos. Él es ilimitado, y por lo tanto, también expresamos lo ilimitado naturalmente.
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