Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

2025

Definitivamente ahora puedo confirmar que cada curación nos permite experimentar el poder divino de Dios. ¡Aleluya!

Continué orando, estudiando y meditando todo lo que leía. Después de tres días, ya no tenía dolor. Estaba sano.

Fui a la habitación de mi abuelo y miré a izquierda y derecha. Miré en un par de sus pantalones, y vi dos billetes que juntos eran más que suficientes para llevarnos a la iglesia y volver a casa.

Fui a la casa de mi abuela y oramos juntas. Estaba segura de que la oración me ayudaría, porque yo ya sabía que Dios siempre está conmigo y me cuida.

La única oración que podía recordar durante este tiempo, si es que se le puede llamar así, fue: “Necesito encontrar mi camino de regreso”. Pero no sabía cómo, ni siquiera si podía. Sabía que no podía salvarme a mí mismo. Lo había intentado y había fracasado estrepitosamente.

Para que la presencia de Dios se vea y se sienta aquí y ahora, el pensamiento materialista necesita dar paso al pensamiento espiritual y cristiano.

Lo que sucedió después es una prueba absoluta del poder y el amor de nuestro Padre. Reconocí la presencia de Dios y supe que Él tenía el control. Sin ningún esfuerzo de mi parte, fuimos acomodados suavemente junto a una casa rodante estacionada al costado de la carretera.

Agradecí inmensamente a Dios y sentí una renovada fortaleza para seguir aprendiendo y practicando las enseñanzas de la Ciencia Cristiana.

Debido a que estaba etiquetando a mi familia como poco amorosa y desconsiderada, amarlos parecía bastante difícil. Necesitaba corregir mi forma de pensar acerca de ellos, debía verlos y amarlos como hijos de Dios.

A medida que sentía la verdad del amor de Dios que todo lo incluye, el dolor y la enfermedad fueron disminuyendo hasta que finalmente desaparecieron. ¡Estaba libre!

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.