Amplié mis oraciones para reconocer que la verdadera visión es espiritual, otorgada por Dios, quien es el Espíritu mismo. Por lo tanto, este sentido espiritual está intacto y no está circunscrito por la materia o lo físico.
Incluso en aquellos momentos en los que no estamos conscientes de ejercer ninguna influencia en absoluto, siempre estamos contribuyendo a la atmósfera mental para bien o para mal.
Fue Dios, nuestro Padre-Madre, quien me reveló las ideas correctas en el momento en que las necesité. Dios respondió a cada oración, a cada paso del camino.
Los cambios negativos no pertenecían a Dios ni a Su expresión. Yo sabía gracias a mi estudio de la Ciencia Cristiana que esta expresión divina de Dios nos incluye a cada uno de nosotros.
No importa cuál sea la situación, podemos volvernos a Dios con confianza y reconocer Su autoridad divina. Dios solo da el bien, y aferrarnos a los hechos espirituales acerca de Su reinado todopoderoso nos ayuda a ver y experimentar Su abundante bondad.
Nos corresponde confiar en el sentido espiritual que Dios nos ha dado para tener una visión verdadera de nosotros mismos y de nuestro mundo.
Cuando consideramos nuestras metas y esfuerzos personales y profesionales, es útil resistir la tentación de delinear plazos de tiempo. Un sentido personal del tiempo puede obstaculizar el progreso, y cuando nuestras demandas no se cumplen, somos susceptibles a la frustración.
Pasaron muchos meses antes de que pensara en volver a subirme a una bicicleta. Sin embargo, un domingo por la mañana del mes de junio siguiente gané la confianza para reanudar esa actividad después de cantar un himno en nuestra iglesia filial de la Ciencia Cristiana.
Nuestra individualidad como hijos de Dios, el Amor, existe completamente fuera del físico. Jamás está herida ni en peligro. ¡Nunca es picada por avispas!
Este año se cumplen 150 años de publicación ininterrumpida de Ciencia y Salud. También marca 150 años de personas sanadas por su mensaje. Para aquellos que se preguntan si Dios responde a las oraciones para sanar, Ciencia y Salud expresa la ley de Dios con el “Por supuesto que quiero” de hoy.