Me gustaría contar una experiencia en la que reconocí y sentí la completa armonía de la creación de Dios.
Durante el verano, suelo ir a los viñedos de mi pueblo para ver la puesta de sol y disfrutar de la naturaleza. Una tarde decidí bajar al arroyo que corre al pie de los viñedos. Pero el aire del crepúsculo estaba lleno de mosquitos, y yo solo llevaba pantalones cortos y una camiseta. Al principio, estaba enojada porque no podría disfrutar el momento. Me preocupaba ser un blanco para los mosquitos, ya que en mi familia soy la que recibe más picaduras.
Pero cuando miré a mi alrededor y vi el sol poniente brillando a través de los árboles, y escuché el burbujeo del arroyo y el canto de los pájaros, me calmé y pude pensar con claridad. Reconocí la armonía y la interacción de la naturaleza y del bosque, y sentí mucha paz. Todo vive en concordancia con Dios, por lo que cada parte de Su creación refleja esta concordia entre sí. Los mosquitos son parte de esto. Son criaturas espirituales de Dios, como yo, y solo podemos vivir juntos en armonía.