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¿Qué está pidiendo Dios que nuestra Iglesia sea y haga hoy?

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 2 de junio de 2025


El libro de los Hechos registra que después de la lapidación de Esteban, que fue uno de los primeros cristianos, se levantó una gran persecución contra la joven iglesia cristiana en Jerusalén, y la mayoría de los creyentes se dispersaron por toda la región, huyendo para salvar sus vidas (véase Hechos 8:1).

A pesar de esta crisis, el libro de los Hechos continúa con relatos de estos seguidores de Cristo Jesús en los que compartieron su nueva fe, hicieron nuevos discípulos y sembraron las semillas de nuevas iglesias dondequiera que fueron. Lo que en muchos sentidos debe de haber parecido una situación desalentadora —huir de lo conocido y dirigirse hacia lo desconocido— fue, de hecho, un paso en una extraordinaria expansión de la iglesia que le dio al cristianismo un punto de apoyo en todo el Imperio Romano.

¿Qué podemos aprender hoy de estos primeros cristianos? ¿Pueden los desafíos que las iglesias filiales de la Ciencia Cristiana enfrentan hoy en día convertirse en catalizadores de la expansión?

En mis seis años de trabajo para el Departamento de Actividades de la Iglesia de La Iglesia Madre, he hablado con muchos miembros de iglesias filiales cuyo trabajo ha enfrentado un desafío más lento pero igualmente consecuente para la Iglesia, específicamente, una membresía cada vez menor. Los desafíos incluyen muy pocos miembros con demasiado trabajo por hacer, dificultad para cumplir con los requisitos del Manual de La Iglesia Madre para ser una iglesia o sociedad, y en muchos casos edificios que son demasiado grandes para la congregación y costosos de mantener.

Estas conversaciones han sido oportunidades para pensar juntos sobre cómo la Iglesia, como idea eterna y espiritual, se hace tangible en la continuidad ininterrumpida de la institución humana, una institución que, cuando se entiende correctamente, es tan invulnerable a la decadencia como la idea espiritual que la anima.

Esta idea espiritual de Iglesia se define, en parte, en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras de Mary Baker Eddy, como: “La estructura de la Verdad y el Amor” (pág. 583). Esta idea se expresa, a su vez, en las organizaciones de iglesia cuyas actividades están impregnadas de la Verdad y el Amor, y que demuestran su utilidad al elevar, despertar y sanar a sus miembros y a la comunidad. Esta idea espiritual es infinita, de manera que no hay tiempo, lugar o cultura donde esta institución no pueda atender las necesidades espirituales y temporales que entran en contacto con ella. Esta capacidad de adaptación brota del Amor divino, porque la idea de la Iglesia, como el mismo Amor divino, es “imparcial y universal en su adaptación y en sus concesiones” (Ciencia y Salud, pág. 13).

Las Escrituras ofrecen muchos ejemplos del poder de adaptación y concesiones del Amor para proteger y guiar a las instituciones de la iglesia (en cualquier forma) en tiempos de necesidad. Los hijos de Israel, perseguidos por los ejércitos egipcios, encontraron el Mar Rojo dividido ante ellos; Elías, al esconderse en una cueva y pensar que era el último seguidor de Dios, escuchó Su voz que lo dirigía a miles de personas más; Jesús, enfrentó oposición a su obra de curación, y triunfó a través de su amor desinteresado sobre la malicia que enfrentó; Pedro fue liberado de la prisión gracias a las oraciones de los miembros de la iglesia; y Pablo, al establecer iglesias en todo el Imperio Romano, ofreció orientación práctica en sus cartas que ayudaron a cada uno a enfrentar los desafíos únicos que enfrentaban.

Estas narraciones revelan algo de la doble historia de la idea de la Iglesia y la institución de la iglesia, y muestran cómo la naturaleza completa, inviolable y eterna de la idea divina protege cada expresión espiritual de la institución, guiando su adaptación para mantenerla activa y sanadora en la comunidad y protegiéndola de las fuerzas que se opondrían a ella.

La naturaleza adaptable de este doble desarrollo realmente se cristalizó para mí a través de la luz que Ciencia y Salud arroja sobre el hecho de que los discípulos de Jesús lo vieron después de su resurrección y, después de pescar toda una noche sin resultado alguno, de repente encontraron sus redes llenas de peces (véase Juan 21:1-14). Ciencia y Salud explica: “Al discernir de una nueva manera a Cristo, la Verdad, en la ribera del tiempo, pudieron elevarse en cierto grado sobre la sensación mortal, o el entierro de la mente en la materia, a una renovación de la vida como Espíritu” (pág. 35).

Estaba familiarizado con el relato bíblico de la pesca excepcional y la cita de Ciencia y Salud. Sin embargo, cuando leí esto poco después de comenzar mi trabajo con el Departamento de Actividades de la Iglesia, las palabras “de una nueva manera” realmente captaron mi atención. Al meditar sobre la experiencia de los discípulos, vi cómo un nuevo discernimiento de una idea espiritual siempre elevará la consciencia humana, y desde una nueva perspectiva, los nuevos puntos de vista de la adaptación y las concesiones del Amor se vuelven visibles en la experiencia humana.

Estar abierto a tal nuevo punto de vista es una forma de pensar que generalmente encuentro entre los miembros de las iglesias filiales que luchan con éxito contra las pretensiones de la decadencia. Buscan y encuentran nuevas vislumbres de la idea espiritual de Iglesia; y al mismo tiempo, así como los discípulos en sus barcas, la inspiración que sienten revela algo nuevo sobre cómo proceder con su trabajo.

La forma en que esto último se desarrolla es única para cada iglesia y sociedad, pero en casi todos los casos se reduce a los miembros que oran con alguna forma de la pregunta: ¿Qué le está pidiendo Dios a nuestra iglesia que haga y que sea hoy?

Esta pregunta exige oración y pone en suspenso la tendencia humana a centrarse en el pasado o en el futuro. Cambia el esfuerzo de estar enfocado en los resultados a buscar primero la comunión en oración con Dios. Implica acercarse humildemente a Él, dejar a un lado el temor y los esquemas, y escuchar atentamente Su guía.

Alcanzar este estado de receptividad y obediencia generalmente requiere un autoexamen consciente por parte de los miembros. Dado que la estructura de la Iglesia es la Verdad, los miembros de las iglesias filiales podrían examinar cómo viven la veracidad. ¿Son los estatutos y los procesos administrativos del tamaño adecuado para el número actual de miembros, y no legados de décadas atrás? ¿Son fieles los miembros a la rotación en el cargo, a los procesos democráticos honestos, a los informes financieros transparentes y a las discusiones de iglesia que reciben con agrado las ideas de cada persona?

Puesto que la estructura de la Iglesia también es el Amor, los miembros podrían examinar cómo viven el amor. ¿Se da prioridad a las impresiones y necesidades de los visitantes sobre los hábitos y la comodidad de los miembros, a fin de que los visitantes no sientan que la iglesia es para los que asisten siempre? Una forma de abordar esto es pensar en la experiencia de los visitantes de principio a fin. Cuando los visitantes piensan por primera vez en asistir, ¿encontrarán fácilmente la información necesaria en línea o en los medios de comunicación locales? Al llegar, ¿estará claramente indicado dónde estacionar y cuál es la puerta de entrada? Durante el servicio, ¿hay una amplia orientación para que los visitantes sepan lo que está sucediendo y lo que pasará a continuación? Después del servicio, si los visitantes desean tener una conversación prolongada, ¿están dispuestos los miembros a cambiar sus planes de salir a comer?

Analizar estas preguntas y estar abierto a la novedad crea un espacio para la “adaptación y las concesiones” del Amor. Las actividades de la iglesia pueden terminar siendo diferentes de lo que solían ser, pero esto se alinea con la experiencia bíblica y es el resultado natural de “discernir de una nueva manera a Cristo, la Verdad, en la ribera del tiempo”, mostrando al mundo la relevancia contemporánea de nuestra iglesia y no dar la sugestión de decadencia a ninguna plataforma.

He aquí un ejemplo. Después de cincuenta años de crecimiento, una iglesia filial en los Estados Unidos experimentó dos décadas de decadencia precipitada. Había pocas personas para ocupar el cargo, y la gran mayoría de los asientos en el gran auditorio de la iglesia estaban vacíos durante los servicios.

Entonces, un nuevo miembro de la iglesia, agradecido por las recientes curaciones de adicción y enfermedad, que lo habían traído de regreso a la Ciencia Cristiana y a la iglesia, asistió a su primera reunión de negocios de la iglesia. Sorprendido por las disputas y peleas entre los miembros, señaló la contradicción entre su comportamiento y las enseñanzas de la Biblia y el libro de texto de la Ciencia Cristiana.

Los miembros estuvieron de acuerdo en que algo tenía que cambiar y que comenzarían con la oración. Empezaron a orar individualmente y a tener reuniones semanales para orar colectivamente y hablar sobre lo que sus oraciones individuales estaban revelando. A través de este proceso, los miembros comenzaron a compartir honestamente lo que sus oraciones habían revelado acerca de sus experiencias en la iglesia: que veían cargas en lugar de alegría, rutina en lugar de inspiración, y que a veces ni siquiera querían estar allí.

A medida que se hizo evidente que su versión de la organización de la iglesia era una falsificación de la Iglesia genuina, sucedieron dos cosas. En primer lugar, los miembros se dieron cuenta de que un enfoque rutinario de la iglesia los había engañado en su uso del tiempo y la energía y había socavado su unidad y armonía. En segundo lugar, los miembros decidieron recuperar el sentido inspirado de la Iglesia y a descubrir nuevos medios, divinamente guiados, a través de los cuales su iglesia podría retomar su lugar vital en la comunidad.

Arraigados por sus reuniones metafísicas, los miembros comenzaron a tomar medidas prácticas para hacer algunos cambios. Ajustaron el tamaño de su edificio y estructura organizativa para que se adaptaran al número de miembros, vendiendo su gran edificio, cambiando de una filial de la Iglesia de Cristo, Científico, a una sociedad de la Ciencia Cristiana, y revisando sus estatutos para reflejar el tipo de iglesia que querían ser hoy, no lo que habían sido hace años cuando se escribieron los estatutos. 

Alquilaron un lugar en el distrito comercial central de la ciudad y utilizaron las ganancias de la venta del edificio para contratar a un bibliotecario de la Sala de Lectura que trabajara cuarenta horas a la semana. El trabajo y los productos de la Sala de Lectura fueron bien recibidos en la comunidad, e incluso el alcalde de la ciudad asistió a la ceremonia de corte de cinta de la Sala de Lectura.

Cuando el propietario vendió el edificio un par de años después, los miembros comenzaron a pensar en un hogar permanente de la iglesia. Con oración y paciencia, finalmente construyeron una iglesia y una Sala de Lectura combinadas en la concurrida calle principal de su comunidad. Convenientemente, la propiedad incluía un jardín que ya estaba en uso por la comunidad como espacio para la oración y la reflexión. Los servicios se ajustaron para reflejar la cultura local al ser bastante informales, sin dejar de seguir el orden de servicio del Manual de la Iglesia. Los miembros comenzaron a participar en las grandes ferias callejeras de la comunidad y en los eventos anuales, que atraían y siguen atrayendo a muchos cientos de niños y adultos a la Sala de Lectura y a la iglesia.

A lo largo de los diez años siguientes, los miembros han estado atentos para proteger su compromiso con la novedad, para mantenerse alerta a la pregunta de cómo debería ser su iglesia hoy, manteniéndola fresca y actualizada para que sea reconocible por la comunidad como un recurso digno de su interés e investigación. Estamos “listos para cambiar y adaptarnos en cualquier momento”, señaló un miembro. A través de estos esfuerzos, un espíritu de amor, compromiso y unidad impregna sus actividades. Su número de miembros ha crecido y sigue manteniéndose a la vanguardia de las afirmaciones de declive.

No todos los ejemplos que he encontrado en mis seis años de trabajo han seguido el mismo mapa. Naturalmente, la experiencia de cada filial es individual. La oración: “¿Qué le pide Dios a nuestra iglesia que haga y que sea hoy?” ha sido respondida de muchas maneras diferentes. Pero la sincera disposición de “discernir de una nueva manera a Cristo” y dejar lo viejo por lo nuevo —como los creyentes que huyeron de Jerusalén hace tantos siglos— siempre abre el pensamiento sobre la “adaptación y las concesiones” del Amor, que revelan la continuidad ininterrumpida de la iglesia y abren un camino a seguir.  

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