Dondequiera que estemos en la vida, hagamos lo que hagamos, siempre podemos escuchar a Dios. Como dice Mary Baker Eddy, la Descubridora de la Ciencia Cristiana: “...no hay lugar donde no es oída Su voz; …” (La unidad del bien, pág. 2).
¿No es eso gran parte de la curación, cuando hemos eliminado todo sentido del yo y no hay una conversación entre dos puntos de vista opuestos, el bien y el mal, lo espiritual y lo material? ¿Cuando solo escuchamos a Dios, Su “voz callada y suave” (Versión King James), y comprendemos el control del Amor sobre todo?
La Sra. Eddy escribe en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “Un momento de consciencia divina, o la comprensión espiritual de la Vida y el Amor, es un goce anticipado de la eternidad” (pág. 598). ¡Qué hermosa promesa! En ese “momento de consciencia divina”, encontramos paz, confianza y curación.