Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer
Original Web

Para niños

Una curación en el campamento de verano

Del número de septiembre de 2019 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 23 de julio de 2019 como original para la Web.


El verano pasado fui a los Estados Unidos para asistir a un campamento de verano para Científicos Cristianos. Mientras estaba allí, se me inflamó la garganta durante la noche, y realmente me dolía respirar.

Esto me preocupó un poco, pero seguí orando. Había tenido antes curaciones por medio de la oración, por lo que sabía que podía confiar en que la oración me ayudaría en este caso también. Por ejemplo, una vez tuve una curación después de cortarme la rodilla gravemente. También he leído sobre muchas curaciones en esta revista.

Cuando oro, hablo con Dios sinceramente acerca de aquello que me viene al pensamiento. También escucho las buenas ideas que vienen de Dios. En la noche, tuve la idea de visitar a alguien, así que, a la mañana siguiente, le conté a mi hermana lo que estaba pasando, y ella me sugirió que hablara con una mujer amorosa que era la mamá del campamento. Esta señora estaba allí para consolar y dar buenas ideas. Me habló un rato y me preguntó si quería visitar al practicista de la Ciencia Cristiana que estaba en el campamento y que podía ayudarme y orar por mí. Dije que sí, y el practicista y yo caminamos juntos por el sendero junto al lago para poder hablar sobre lo que me estaba molestando.

Mientras caminábamos, él me preguntó qué haría yo si fuera un practicista y alguien viniera a mí con un problema similar. Respondí que le diría a la persona que el problema es solo un disfraz y que puedes quitártelo en cualquier momento. No es parte de ti porque es malo, y el mal tiene que ser nada porque Dios no lo creó. Y oraría sabiendo esas mismas cosas. El practicista me dijo que eso era exactamente lo que él diría y haría. Continuamos caminando por un rato, y mientras caminábamos, comencé a sentirme mejor. El practicista me dijo que fuera a mi siguiente actividad y que volviera a verlo durante la cena.

Cuando llegué a mi siguiente actividad, que era la pesca, los otros ya hacía rato que habían empezado. Al pensar en todas las buenas ideas sobre las que habíamos hablado, y en todo el amor de Dios por mí, atrapé un pez. Esto fue increíble, porque solo una vez antes había capturado un pez. Haber experimentado algo tan maravilloso me hizo sentir muy amado y cerca de Dios.

Fui a cenar sintiéndome muy entusiasmado y contándole a todos acerca del pez. Pude comer muy fácilmente, y sin ninguna dificultad para tragar. Esa noche me fui a dormir sin tener absolutamente ningún problema. Mi garganta estaba completamente libre.

Esta fue una curación increíble, y realmente me ayudó a sentirme más cerca de Dios.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / septiembre de 2019

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.