Tuve una curación que me gustaría compartir.
Una noche, cuando me estaba metiendo en la cama, una uña del pie se enganchó en las sábanas y se partió por la mitad. Estaba preocupado porque me iba de vacaciones con mi familia que incluía un parque acuático, y pensé que no podría disfrutarlo debido a la uña de mi pie.
He aprendido a orar cuando me siento preocupado o estoy asustado. Les conté a mis padres lo que había sucedido y comenzamos a orar. He estado asistiendo a una Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, así que sé que Dios, que es Amor, cuida de mí y nunca deja de hacerlo. También sé que no puedo perderme nada bueno, porque Dios es bueno. Esto me ayudó a sentirme mejor acerca de mi dedo y dejé de preocuparme. Pensé más en Dios y en Su amor. Seguí orando hasta que todo mi miedo se fue.
Entonces, un día fui a la piscina de nuestro vecindario con unos amigos. Mientras nadaba, vi que mi dedo estaba bien en el agua. ¡Me sentí muy feliz!
Pronto, la uña se sanó por completo y pude disfrutar de nuestras vacaciones. Mi dedo ha estado bien desde entonces.