
Para niños
“Bueno, tú reflejas a Dios, ¿verdad?”, le pregunté. “Siempre reflejas a Dios. Y Dios no está enfermo. Entonces, ¿puedes tú estar enfermo?” Él sonrió y dijo: “¡No!”
Esa noche, sin importar qué cosas de la película me vinieran a la mente, mantuve mi pensamiento lleno de lo que sabía que era real acerca de Dios como Amor y sobre mí como la hija amada de Dios.
Melody tenía que ir a una nueva escuela, donde no conocía a nadie. A medida que se acercaba el primer día, se sentía asustada.
Me di cuenta de que el granjero y sus ovejas eran algo así como Dios y yo. Dios cuidaba de mí, y yo, como las ovejas, estoy muy contenta y agradecida por Dios.
Cuando se lesionó jugando baloncesto, a través de la oración Hope se dio cuenta de que la alegría que sentía al jugar es una cualidad espiritual que viene de Dios, por lo que jamás puede perderla. El resultado fue una curación rápida.
Max confió en las palabras de su mamá, de que “Dios es Mente”, para ayudar a un amigo que extrañaba su casa. Y recibió un premio en el campamento por ayudar a su amigo a sentirse mejor con las ideas espirituales.
El paso del tiempo nunca podría privar a Otis de la inocencia, alegría y vitalidad que Dios le ha dado.
Una de las razones por las que estaban dando regalos era porque la Biblia dice: “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35). Entonces, la Navidad no solo se trata de recibir regalos, también es importante regalar.
La gratitud siempre nos lleva a Dios. Supera el temor y trae curación. ¡Y siempre es posible estar agradecido!
El humor y la curación van de la mano cuando un niño pequeño llama a su maestra de la Escuela Dominical para pedirle ayuda.