En el verano hicimos un viaje en Alaska en una gran balsa roja. Éramos mamá, papá y yo. Un día hubo una tormenta. Las olas turbulentas nos empaparon a todos. El cielo se oscureció como la noche. Papá remaba, y yo estaba con mamá en un rincón de la balsa. Tenía puesto mi chaleco salvavidas, pero estaba asustada y lloraba.
Mamá dijo que podíamos pensar en un himno que habíamos tratado de memorizar. Dice así:
Él sabe qué necesitáis;
Sus ángeles vendrán
y a todos guardarán.
(Violet Hay, Himnario de la Ciencia Cristiana, N° 9, © CSBD)
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