Quiero contarles una historia sobre mi amigo Teddy. Esto sucedió cuando Teddy ya era grande. Pero lo que lo ayudó fue algo que aprendió en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana cuando era muy pequeño.
A Teddy le encanta nadar, especialmente en el océano.
Un día en la playa, Teddy nadó hasta que se cansó y tuvo hambre. ¡Era hora de comer! Se dirigió a la costa para almorzar con sus padres. Pero había una corriente fuerte que hacía difícil llegar allí.
Como Teddy se sentía cada vez más cansado, de repente se dio cuenta de que estaba atrapado en una corriente de resaca. Una corriente de resaca es cuando parte del agua del océano se aleja de la costa en lugar de acercarse a ella. Las corrientes de resaca pueden ser muy fuertes y es difícil salir de ellas. Teddy empezó a tener miedo. No había ningún salvavidas a la vista. Y aunque Teddy no creía que sus padres se hubieran dado cuenta de que algo andaba mal, su papá, en realidad, estaba corriendo de un lado a otro de la playa tratando de encontrar ayuda.
Pero la ayuda ya estaba con Teddy. En ese momento, recordó un himno del Himnario de la Ciencia Cristiana que había aprendido en la Escuela Dominical. ¡Tal vez tú también lo sepas! La primera línea dice: "La colina, di, Pastor, cómo he de subir" (Mary Baker Eddy, N° 304). Cuando Le pedimos a Dios que nos ayude, como en el himno, estamos orando. Y podemos estar seguros de que Dios siempre responde a nuestras oraciones.
Teddy sabía que Dios había respondido a su oración cuando súbitamente le vino un pensamiento. La idea que tuvo fue dejar de luchar contra la corriente y flotar sobre su espalda. Teddy supo que era Dios quien le hablaba, porque comenzó a tranquilizarse.
Teddy también sabía que tenía que hacer lo que Dios le había dicho, ya que Le había pedido ayuda. Y flotar sobre su espalda realmente ayudó. Pronto Teddy salió flotando de la corriente de resaca. Ahora era fácil nadar de regreso a la orilla, justo a tiempo para almorzar con sus padres. La mamá y el papá de Teddy estaban muy aliviados de que estuviera bien, y Teddy, muy agradecido de haber escuchado a Dios y de que Él lo hubiera ayudado.
Tal vez te gustaría leer más acerca del himno que ayudó a Teddy. La primera estrofa cuenta cómo Dios cuida de nosotros y siempre nos habla. También dice que hay tres cosas que nosotros, Sus hijos, debemos hacer:
La colina, di, Pastor,
cómo he de subir;
cómo a Tu rebaño yo
debo apacentar.
Fiel Tu voz escucharé,
para nunca errar;
y con gozo seguiré
por el duro andar.
Cuando pidió ayuda, Teddy estaba escuchando a Dios. Fue obediente y siguió la indicación de Dios. Y se regocijó al estar agradecido y feliz por la amorosa protección de Dios. Esas son tres cosas que todos nosotros podemos hacer, dondequiera que estemos y cuando necesitemos sentirnos a salvo.