Relatos de curación
Cuando Yo trabajaba como supervisor de mantenimiento en una gran planta petroquímica, pedí un día de descanso para poder llevar a mi esposa e hijos a una ciudad cercana para hacer las compras. Pensé que teníamos que llenar el tanque, ya que teníamos poca gasolina en el coche.
Hace Dos Años cuando iba a buscar a mi nietita a la clase de gimnasia, me atropelló una moto que circulaba a mucha velocidad. Instintivamente recurrí a Dios.
De Acuerdo Con los médicos, nuestra hija sufría de epilepsia postraumática que posiblemente se debía a un golpe muy fuerte que había recibido en la cabeza en un accidente algunos años atrás. En aquel momento, aparentemente, no tenía lesiones graves, excepto una fisura en la clavícula de la que se sanó enseguida.
En 1984, Después de muchos años de tener mala salud, un reconocido ginecólogo me dijo que la única esperanza de que recobrara la salud era hacerme una histerectomía. Yo estaba desolada ya que tenía veintiocho años y sólo tres años de matrimonio y no había tenido hijos.
Desde Que Era muy pequeña siempre presentí la existencia de Dios, pero no podía encontrar evidencia concreta al respecto, excepto en mi propia intuición. Había leído la Biblia y no podía comprenderla muy bien, aunque el Nuevo Testamento y su mensaje de amor me habían impactado mucho.
Me Recomendaron la Ciencia Cristiana cuando ingresé a un sanatorio para pacientes tuberculosos. Mis hermanas me dijeron que me ayudaría mucho.
La Primera Curación que tuve por medio de la lectura de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy, ocurrió cuando estaba en la escuela primaria. Antes de dejar mi hogar para asistir a un colegio anglicano como alumno interno, mi madre me regaló un ejemplar de este libro.
Durante La Segunda Guerra Mundial, pertenecí a la infantería del Octavo Ejército Británico, en la campaña del desierto en el norte de África. Mi compañía se hallaba afuera en una patrulla armada, y por unos días yo conduje un camión de radio comunicaciones.
Hace Algunos Años , me sentí muy angustiada por una constante y detallada discusión en la prensa acerca del cáncer. Recordé las palabras de Mary Baker Eddy: “La prensa, sin saberlo, propaga muchas penas y enfermedades entre la familia humana”.
“ Para Los Que se apoyan en el infinito sostenedor, el día de hoy está lleno de bendiciones” ( Ciencia y Salud, pág. vii).