Ya Era Tiempo de que escribiera este testimonio. He tenido tantas pruebas de la omnipotencia y omnipresencia de Dios en mi vida, que me da mucho gusto compartir algunas de estas experiencias.
Todo comenzó con que mi madre no había podido tener hijos. Ella dijo en sus oraciones que si llegara a tener un hijo, esperaba que él viviera una vida sirviendo a Dios. ¡Y llegué yo! Ella reconoció a Dios como el verdadero Padre del hombre.
Cuando yo era muy joven, fui sanado mediante la Christian Science, de meningitis espinal y también de un grave accidente, cuando caí de una barda. Más adelante, jugando futbol en la escuela, me torcí seriamente una pierna. Recordé que un amigo había estado ausente de la escuela varias semanas por una lesión similar, y tuve mucho miedo. La Escuela Dominical de la Christian Science me había enseñado a vencer el temor comprendiendo el poder puro de Dios como infinito Amor. Me senté fuera de la cancha regocijándome en el conocimiento de la omnipotencia de Dios. Las palabras de un himno del Himnario de la Ciencia Cristiana, vinieron a mi pensamiento: "Brazos del eterno Amor/ guardan a Su creación" (N˚ 53). Sané en minutos y pude terminar el partido.
En cierto momento, acorté mis estudios para iniciar un curso de entrenamiento de seis años. Más tarde, cuando presenté mi solicitud para estudiar en la universidad, me dijeron que no cumplía con los requisitos. En mi oración reconocí que Dios gobierna, y que Él jamás se equivoca; como una idea de Dios, yo cumplía con los requisitos para expresarle, para expresar Su inteligencia ilimitada. El comité de selección revisó nuevamente mis documentos y descubrió que se había cometido un error y que yo sí cumplía con los requisitos. Fui admitido en la universidad y al final aprobé con honores. Después supe que mis padres habían sido informados de que fui admitido con ciertas reservas, porque tenía menos edad de la requerida. La ley de Dios realmente había estado gobernando.
Pocos días antes de mi examen final en la universidad, tuve una fuerte afección en la garganta. Solicité tratamiento a una practicista de la Christian Science, y ella me hizo notar que Dios no nos deja a mitad de camino. Recuerdo que aquella noche me fui a dormir repasando las muchas maneras en que Dios me había ayudado para llegar hasta este punto. ¡No estaba en Su naturaleza defraudarme ahora, ni nunca! Me quedé dormido tranquilamente, y a la mañana siguiente desperté completamente recuperado y pude presentar el examen con éxito.
Hace poco, estaba en una zona en construcción cargando a una de mis nietas, cuando me caí en un terreno pedregoso. Giré a fin de protegerle la cara para que no se golpeara con las piedras, y al hacerlo me lastimé la pierna; de repente una pierna estaba más corta que la otra. Dormí poco esa noche, pero a medida que oraba me fue muy claro que el Cristo, el poder activo del Amor en acción, estaba presente. La segunda noche sentí tangiblemente ese poder y algo se movió en la pierna. A la mañana siguiente cuando me levanté y me bañé, era evidente que mi pierna estaba completamente sana.
Estoy sumamente agradecido a nuestra Guía, Mary Baker Eddy, por haber consagrado su vida para darnos esta Ciencia fructífera y práctica. Mi vida ha sentido el gozo de vivir y trabajar al servicio de nuestro Padre (como era el sincero deseo de mi madre).
Sheffield, South Yorkshire
Inglaterra