Relatos de curación
Cuando su esposo falleció, hace varios años, Nancy supo que nunca podría estar realmente sola porque Dios siempre está con ella, y eso era suficiente. Esta inspiración espiritual sanó su dolor.
Los dos libros que cambiaron mi vida —la Biblia y Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy—llegaron a mis manos hace diez años, en un momento en que enfrentaba desafíos físicos y emocionales que comenzaron a temprana edad. De niño asistí a una escuela parroquial en Uruguay.
Comprender en oración que somos uno en Dios y que nunca nos separamos de Él ayudó a esta autora a sanar de tristeza.
Kateland expresa su gratitud por la comprensión de que no tenemos que ser engañados por las suposiciones de enfermedad. Cuando oramos por nuestro mundo, podemos ver a cada uno de los hijos de Dios como personas sanas, dinámicas, amorosas y a salvo, a quienes Él cuida, protege y ama.
Cuando enfrenta desafíos que parecen humanamente insuperables y aterradores, Rondi está muy agradecida por las verdades prácticas que enseña la Ciencia Cristiana, que elevan nuestro pensamiento por encima del cuadro material y revelan la omnipotencia y el poder sanador de Dios.
Cuando se encontró sin trabajo por primera vez, Joy oró y recibió muchas bendiciones por comprender que siempre estamos en nuestro lugar correcto, y que podemos dejar que se desarrolle el plan de Dios para nosotros, porque Su tiempo siempre es perfecto.
Cuando su niño más pequeño enfermó con una alta temperatura y una alarmante afección de la piel, esta madre oró y al ratito el niño estaba completamente sano. La Ciencia Cristiana le ha llevado a una comprensión más profunda del plan perfecto que tiene Dios para Sus hijos.
Cuando sintió náuseas, dificultad para respirar y dolor en el pecho, Trish oró para comprender que estaba libre de toda pretensión de enfermedad, porque vivimos en Dios, que es Espíritu, y esto significa que nosotros mismos somos espirituales, no físicos. Su curación fue rápida y definitiva.
Hace unos años, Ann y su esposo tuvieron uno de sus mayores desafíos personales. Pero oraron y fueron bendecidos y guiados a nuevas oportunidades de negocio que no podríamos haber previsto o definido por ellos mismos, solo por Dios, y que han sido sumamente exitosas y gratificantes.
Cuando un pequeño tumor apareció en el centro de su frente, Susan oró sabiendo que Dios la creó a Su imagen y, por ende, estaba libre de enfermedad. Sanó del tumor en la cara y de otras condiciones.