
Relatos de curación
Cuando sintió un dolor intenso, Jill oró y comprendió que, puesto que moramos en el Amor, no podemos estar separados de la realidad espiritual de su bondad que lo abarca todo. Después de unos días, el dolor disminuyó y pronto estuvo totalmente libre y el dolor nunca regresó.
Cuando Heidi experimentó dolorosos síntomas de apendicitis, oró reconociendo que toda su existencia, en ese mismo momento, era completa, armoniosa, perfecta, tanto en forma como en función. Lea cómo tuvo lugar la curación permanente.
Cuando era imposible hacer el más mínimo movimiento sin sentir un dolor agudo, Dorothy oró reconociendo que ninguna condición material podía tener poder o efecto sobre ella por ser la expresión espiritual y perfecta de Dios. Y que esta verdad espiritual también se aplica a la humanidad en general.
Cuando hubo retrasos en la obtención de los documentos que necesitaba para extender su visa de trabajo en los Estados Unidos, Nitya oró para comprender que Dios, la Mente divina omniactiva, es imparable. Lee cómo el proceso de solicitud se desarrolló de manera armoniosa y oportuna.
Las ideas espirituales intercambiadas con un extraño llevaron a Kathleen a experimentar una hermosa curación mientras servía en la Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana de su localidad.
Después de sufrir un accidente y recibir un diagnóstico desalentador, la consciencia de que Dios, el Espíritu, es perfecto, y que, por lo tanto, la creación de Dios debe ser espiritual y perfecta, la sanó. Fue una curación completa que reparó sus huesos y le permitió caminar de nuevo perfectamente.
Al reconocer con persistencia que la curación verdadera y permanente proviene de Dios y la espiritualización del pensamiento, Celia sanó definitivamente de la enfermedad de Ménière.
Cuando esta autora contrajo un resfriado que pareció afectar sus pulmones, Kaki oró y se sanó permanentemente de cualquier problema respiratorio. Ella está agradecida por todo lo que ha aprendido a través de esta experiencia, principalmente, a ser persistente cuando surge un problema, a permanecer con la verdad espiritual y a saber que su sustancia es Dios, el bien.
Esta autora expresa su gratitud por la Ciencia Cristiana. Dice que es un enorme privilegio ser estudiante de esta Ciencia y ser testigo del amor de Dios por todos nosotros a través de las numerosas curaciones que ella ha visto y experimentado a lo largo de los años, entre ellas, la lesión de una rodilla.
A través de la oración, Kathleen tuvo una curación que para ella fue como una resurrección, ya que obtuvo un renovado aprecio de lo que es la vida y lo que significa amarte a ti mismo, a tu prójimo y a Dios.