Relatos de curación
Cuando sintió dolor en su pierna, Anne persistió en la oración que afirma que la curación radica en reconocer el amor omnipotente y universal de Dios por todos Sus hijos. Su curación fue y sigue siendo permanente.
Cuando se lastimó gravemente uno de sus dedos, ella oró para saber que, puesto que todo está bajo el gobierno perfecto de Dios, Sus hijos en realidad no tienen accidentes. Sanó por completo, sin necesidad de suturas.
Cuando Suzanne experimentó síntomas de varicela, oró sabiendo que su identidad espiritual, aunque invisible para los sentidos corporales, era visible para el Espíritu y por siempre “está escondida con Cristo en Dios” (Colosenses 3:3), por lo tanto, está divinamente protegida. Ella vio que esta verdad se aplicaba a ella y a todos, y al día siguiente estaba sana.
Orar con las verdades de la Biblia y confiar en que Dios gobierna nuestra manera de expresarnos, sanó a la madre y al hijo de dificultades para hablar.
Expresando gratitud Charlotte encontró trabajo y provisión hace muchos años. Hoy está jubilada con un ingreso seguro, y siempre apreciará esta experiencia, ya que demostró que el Amor divino responde a nuestras necesidades de maneras prácticas.
Cuando lidiaba con un dolor agudo, Susan oró y reconoció la importancia de mantener un pensamiento ascendente, la creciente comprensión de la Vida eterna, la cual nos hace ascender por encima de la materialidad.
Saber que todo en la creación de Dios está gobernado por Su ley de armonía, y que los accidentes no vienen de Dios, ayudó a Jan a superar los efectos de dos quemaduras.
Este autor tuvo una curación muy rápida de síntomas de gripe, cuando razonó que la creencia en la realidad de un virus es falsa, por lo que es imposible que esa creencia tenga algún impacto en él o en cualquier otra persona.
Cuando combatía una tos intensa y dificultades para respirar, David oró mentalmente para pronunciarse en contra de la enfermedad. Se produjo una curación rápida y permanente, que lo llevó a convertirse en miembro tanto de La Iglesia Madre como de su iglesia filial.
Cuando su hijo experimentó síntomas de asma, ver en oración a su hijo como el hijo de Dios, hizo que sus temores disminuyeran y, a su vez, los síntomas de su hijo también disminuyeron, hasta que desaparecieron por completo.