Relatos de curación
Cuando sufrió de neumonía, David sanó sin medicación por medio del tratamiento en la Ciencia Cristiana.
A principios de este año Rachel despertaba por las noches con mucho miedo. Ella comenzó a orar cada noche para abandonar todos los pensamientos desemejantes a Dios, y tranquilizarse con la certeza de que Su omnipotencia gobernaba su experiencia. Después de orar de esta forma tan solo unos días, dejó de despabilarse en medio de la noche, y pudo dormir tranquila.
Catherine dice que es reconfortante ver que aun cuando un problema parezca demasiado grande, no obstante, podemos encontrar descanso y curación en el amor bondadoso de Dios.
Cuando sentió un dolor punzante en el abdomen, Analía oró razonando que, puesto que no hay inteligencia en la materia, entonces la materia no tiene dolor ni sensación. Al día siguiente no tenía rastro alguno de dolor o molestia, estaba sanada.
Cuando comenzó a tener dificultades para respirar, Anne oró con una practicista de la Ciencia Cristiana para reconocer su unidad con Dios. Ella sanó y los síntomas no han vuelto a manifestarse en los muchos años transcurridos desde entonces.
Cuando su familia tuvo síntomas de resfrío, Melanie oró específicamente para reconocer la verdad de que los miembros de su familia y ella reflejan la bondad y la salud de Dios. Resultó que todos fueron sanados.
Al reconocer que el fundamento de su identidad está en Dios, el Amor divino y, por lo tanto, es espiritual, Madeline comprendió que su identidad no podía ser material ni estar sujeta a la enfermedad. El resultado de esta comprensión fue la curación completa y rápida del mareo.
Quando tosia mucho, el amor que sentió en una iglesia de la ciencia cristiana y la atmósfera propicia para la curación de esa iglesia ayudaron Maryann durante aquel servicio religioso.
A través de esta experiencia, William aprendió que el contagio en el lugar de trabajo no es una ley y no es invencible, y esta comprensión tuvo como resultado una curación permanente.
Por medio de la oración, el temor y los abrumadores pensamientos de enfermedad se disiparon, y fueron reemplazados por el conocimiento de que todos tenemos el derecho de gozar de buena salud como hijos de Dios; y gradualmente Sue se dio cuenta de que había sanado de cáncer.