Relatos de curación
Hace algunos años, cuando el mundo enfrentaba la epidemia de una cepa particularmente agresiva de gripe, comencé a tener esos síntomas. La verdad es que no me preocupé mucho.
Cuando su hija les dijo que no se sentía bien con una enfermedad contagiosa, Jane y su familia oraron reconocoendo que Dios estaba cuidando amorosamente a ella y a todos; que Él no aflige a Sus hijos con enfermedades o permite que algo desemejante a Él mismo los toque. Y la curación fue completa.
Cuando ácido muriático le salpicó en un ojo a mi esposo, Nikki comprobó que la curación no toma tiempo; toma comprender y ceder a la Verdad divina. Por lo tanto, podemos esperar curaciones rápidas, como la que tuvo su esposo.
Cuando sufrió de neumonía, David sanó sin medicación por medio del tratamiento en la Ciencia Cristiana.
A principios de este año Rachel despertaba por las noches con mucho miedo. Ella comenzó a orar cada noche para abandonar todos los pensamientos desemejantes a Dios, y tranquilizarse con la certeza de que Su omnipotencia gobernaba su experiencia. Después de orar de esta forma tan solo unos días, dejó de despabilarse en medio de la noche, y pudo dormir tranquila.
Catherine dice que es reconfortante ver que aun cuando un problema parezca demasiado grande, no obstante, podemos encontrar descanso y curación en el amor bondadoso de Dios.
Cuando sentió un dolor punzante en el abdomen, Analía oró razonando que, puesto que no hay inteligencia en la materia, entonces la materia no tiene dolor ni sensación. Al día siguiente no tenía rastro alguno de dolor o molestia, estaba sanada.
Cuando comenzó a tener dificultades para respirar, Anne oró con una practicista de la Ciencia Cristiana para reconocer su unidad con Dios. Ella sanó y los síntomas no han vuelto a manifestarse en los muchos años transcurridos desde entonces.
Cuando su familia tuvo síntomas de resfrío, Melanie oró específicamente para reconocer la verdad de que los miembros de su familia y ella reflejan la bondad y la salud de Dios. Resultó que todos fueron sanados.
Al reconocer que el fundamento de su identidad está en Dios, el Amor divino y, por lo tanto, es espiritual, Madeline comprendió que su identidad no podía ser material ni estar sujeta a la enfermedad. El resultado de esta comprensión fue la curación completa y rápida del mareo.