Relatos de curación
A través de la oración, Kathleen tuvo una curación que para ella fue como una resurrección, ya que obtuvo un renovado aprecio de lo que es la vida y lo que significa amarte a ti mismo, a tu prójimo y a Dios.
Este autor expresa su gratitud por lo que la Ciencia Cristiana le ha enseñado acerca de su verdadera identidad espiritual, y la salud y armonía que ha experimentado como resultado. Explica cómo sanó por completo cuando un pequeño tumor que había tenido en el cuerpo durante varios años comenzó a agrandarse.
Cuando a Terri le diagnosticaron ciática, una practicista de la Ciencia Cristiana la ayudó mediante la oración a ver que Dios, el bien, es el Principio infinito del universo, y que esa enfermedad no estaba de acuerdo con la ley del bien de Dios. Esta experiencia es un recordatorio de que cuando cultivamos una confianza como la de un niño en Dios, los resultados sanadores están asegurados.
Su completa curación del consumo de alcohol y drogas fue el resultado de un despertar espiritual gradual hacia la realidad de quién es ella realmente, la hija infinitamente amada de Dios. Ha estado completamente libre de la adicción por más de una década.
Cuando se le diagnosticó una enfermedad considerada incurable, un tipo de cáncer, Ursula confió en la oración para sanar, como enseña la Ciencia Cristiana. Ella fue capaz de demostrar en su propia vida que la Ciencia Cristiana es confiable, eficaz y está disponible para todos. Realmente, Dios es omnipotente, el Único adorable.
Nellie tenía dolor en las articulaciones de sus piernas. Oró para saber que en la creación de la Mente divina no hay historia de imperfección, puesto que la Mente no creó nada que no sea bueno y perfecto. Siente mucha gratitud por esa curación en la Ciencia Cristiana.
Cuando se lastimó la pierna mientras vivía en el extranjero, esta autora oró como aprendió en la Ciencia Cristiana. Al vivir el amor, ser el amor y conocer sólo el amor de Dios, no sólo sanó de la lesión en la pierna, sino también del astigmatismo que padecía desde hacía tiempo.
Susan nos cuenta cuán profundamente agradecida está de confirmar la poderosa promesa y protección de la idea de que nadie puede estar jamás fuera del cuidado de Dios. Lee cómo su hijo fue protegido durante el accidente que tuvo cuando fallaron los frenos de su bicicleta.
Al no poder cantar y hablar libremente durante más de un año, esta autora oró para mantener su pensamiento puro y sin adulterar en Dios, y apreciar su gratitud por la Iglesia. Entonces se produjo una hermosa y completa curación.
Reconocer al orar que nada de lo que Dios hizo podía ser doloroso o debilitante, ayudó a esta autora a superar los recurrentes dolores menstruales de manera permanente.