Relatos de curación
Nuestra hijita, quien nació con las caderas dislocadas, tuvo que llevar vendaje de yeso durante tres años. Después tuvo que usar una fornitura de cuero, desde la cintura hasta los tobillos, la cual no podía quitarse aún cuando estaba dormida.
Es con profunda gratitud a Dios y a la señora Eddy que deseo expresar mi agradecimiento por lo que la Christian Science ha hecho en mi favor. Estuve enferma por un año y diez meses.