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Las numerosas bendiciones y hermosas pruebas...

Del número de julio de 1949 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Las numerosas bendiciones y hermosas pruebas que he tenido durante los últimos quince años, gracias al estudio y la aplicación de la Christian Science, me inspiran a ofrecer este testimonio para que sea agregado a los muchos y provechosos testimonios de todas partes del mundo que se publican en nuestros periódicos.

Entre las muchas curaciones que he tenido puedo citar las de asma, cálculos biliares, lumbago, severos catarros y resfriados, y huesos rotos y dislocados. La aflicción, las preocupaciones financieras y los problemas en los negocios también han sido superados gracias a la Christian Science, algunas veces con la ayuda de una practicista y otras aplicando mis propios conocimientos de la verdad.

Estoy especialmente agradecida por una curación en la que el poder del Espíritu efectuó lo que fué en efecto una operación quirúrgica. Se trataba de un tumor que tenía mi hija en un ojo y que los médicos diagnosticaban como canceroso. Dos médicos insistían en que se le debería operar. Algunos amigos nuestros se alarmaron por creer que no se estaba atendiendo a la joven como era debido. Las dos estábamos recibiendo tratamientos de devotas practicistas de la Christian Science, pues yo también necesitaba ayuda para calmar mis temores.

Ambas trabajamos obediente y perseveradamente. Las semanas se convirtieron en meses, pero cobrando siempre nuevas fuerzas, seguimos trabajando. Una noche cuando leíamos consagradamente citas de la Biblia, aferrándonos tenazmente a la declaración de Mrs. Eddy: “Una idea espiritual no tiene ni un solo elemento de error, y esta verdad elimina debidamente todo lo que sea nocivo” (Ciencia y Salud, pág. 463), de repente el tumor se desprendió. Una enfermera, que a la sazón vivía con nosotros, dijo que esa era la operación más bien hecha que jamás había presenciado. El ojo sangreó muy poco y sanó prontamente, sin dejar cicatriz alguna. Honda es mi gratitud hacia Dios por esta curación, pues bien sé que es El quien cura todas las enfermedades.

Nos sentimos agradecidos a Cristo Jesús, el Mostrador del camino, y a nuestra bien amada Guía, Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Christian Science. También agradecemos el trabajo de los practicistas, que siempre están dispuestos a ayudarnos.

Estoy agradecida por ser miembro de La Iglesia Madre y de una iglesia filial y por haber recibido instrucción en clase autorizada. También quisiera expresar mi gratitud por los periódicos, así como por todas las actividades de la Christian Science, en las cuales me siento dichosa de poder tomar parte.—

Deseo confirmar el testimonio de mi madre, por ser yo la hija a quien se refiere. Quisiera expresar mi gratitud por la curación mencionada y por las muchas bendiciones de que he gozado gracias al estudio y la aplicación de la Christian Science.—

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