Las numerosas bendiciones y hermosas pruebas que he tenido durante los últimos quince años, gracias al estudio y la aplicación de la Christian Science, me inspiran a ofrecer este testimonio para que sea agregado a los muchos y provechosos testimonios de todas partes del mundo que se publican en nuestros periódicos.
Entre las muchas curaciones que he tenido puedo citar las de asma, cálculos biliares, lumbago, severos catarros y resfriados, y huesos rotos y dislocados. La aflicción, las preocupaciones financieras y los problemas en los negocios también han sido superados gracias a la Christian Science, algunas veces con la ayuda de una practicista y otras aplicando mis propios conocimientos de la verdad.
Estoy especialmente agradecida por una curación en la que el poder del Espíritu efectuó lo que fué en efecto una operación quirúrgica. Se trataba de un tumor que tenía mi hija en un ojo y que los médicos diagnosticaban como canceroso. Dos médicos insistían en que se le debería operar. Algunos amigos nuestros se alarmaron por creer que no se estaba atendiendo a la joven como era debido. Las dos estábamos recibiendo tratamientos de devotas practicistas de la Christian Science, pues yo también necesitaba ayuda para calmar mis temores.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!