Yo tuve el privilegio de haber sido adoptada y criada por una madre que era muy buena cristiana y muy afectuosa para conmigo. A mi vez yo le correspondía haciendo por ella todo lo que me era posible durante su larga enfermedad. Un día esta buena madre me dijo las siguientes palabras, que resultaron proféticas: “Nunca te quedarás sola, y todo cuanto has hecho será recompensado.”
Cuando ella falleció, hace más de catorce años, me fué preciso buscar trabajo. A los tres días, abandoné el puesto que había encontrado, sintiendo que una fuerza espiritual me guiaba hacia otros lugares. Una semana más tarde encontré otro empleo con la familia de una practicista de la Christian Science El nombre dado por Mary Baker Eddy a su descubrimiento (pronunciado Críschan Sáiens) y que, traducido literalmente, es la “Ciencia Cristiana”., puesto que aun ocupo. Fué aquí que se me presentó la oportunidad de conocer la Christian Science. Fuí atraída a esta Ciencia por la armonía que encontré en esa familia, y por las demostraciones que ahí pude observar. Nadie trató de convertirme a la Christian Science, pero cuando les pedía explicaciones sobre algún punto, siempre me contestaban con paciencia y amabilidad. Pasado un tiempo, tuve deseos de asistir a los cultos de la Christian Science, y tanto la lectura como los testimonios me sirvieron de mucha inspiración.
Desde el momento que empecé a hacer esfuerzos por aplicar la Christian Science me han venido muchas bendiciones, y cuando comparo mi vida con la de parientes míos que todavía permanecen bajo las sombras del sentido material, me doy cuenta hasta qué punto la Christian Science es una religión de progreso.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!