Mi corazón se desborda de gratitud hacia nuestra Guía, Mary Baker Eddy, por la Verdad tan maravillosa que ella ha dado al mundo, y por la muchas bendiciones que he experimentado mediante el estudio de la Christian Science.
En el año de 1913 tres eminentes médicos le dijeron a mi esposo que yo no podría vivir más de dos meses, porque padecía de un cáncer al estómago. Me sentía tan débil y extenuada que tenía que pasar la mayor parte del tiempo en cama.
En aquel entonces mi suegra vivía con nosotros y ella tenía un hijo que vivía en el extranjero y que era Científico Cristiano. Le escribió a este hijo acerca de mi condición y él me mandó un ejemplar del libro Ciencia y Salud, de Mrs. Eddy, pidiéndome que lo leyera. Así lo hice, y obtuve mi curación. Además de esto, mi suegra, que padecía de un estreñimiento crónico, también sanó por medio de la lectura de ese libro, después de haberse negado a leer hasta ese momento la literatura de la Christian Science. Se convirtió ella en una buena estudiante, mientras que yo dejé que las obligaciones caseras y los deberes para con mi familia me alejaran del estudio, hasta que llegó el día en que los problemas aumentaron en tal forma que no tuve más remedio que ponerme a leer otra vez. Desde entonces he tenido muchas curaciones físicas, financieras y morales, por todo lo cual estoy muy agradecida.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!