
Relatos de curación
Nunca estamos separados de Dios. Podemos tener la expectativa de estar siempre a salvo y conscientes de lo que sea que necesitemos saber.
La creencia falsa de que la visión de Raymond estaba lesionada fue reemplazada por la comprensión de su existencia permanente como reflejo de Dios. Su pensamiento fue corregido espiritualmente, y como resultado la visión perfecta fue restaurada.
Con la ayuda de un Practicista de la Ciencia Cristiana por medio de la oración, el autor de este testimonio venció un problema al corazón. El dice que las palabras no pueden expresar la satisfacción, gratitud y alegría que vienen con la curación espiritual.
Al orar, la autora se dió cuenta de que nunca podría dejar de saber que era una idea espiritual completa creada por Dios. Tomó cada una de estas benditas verdades y se aferró a ellas, y el dolor se calmó.
Nuestra buena salud es permanente, refleja el “bienestar” del Espíritu, y no puede ser retardada, obstruida o paralizada. Nuestra vida es el reflejo dinámico, eterno, indoloro, armonioso e inmortal del Espíritu divino.
Después de de orar con persistencia, Jae-Bok empezó a ver un cambio inmediato. Él pasó a sentirse sumamente despierto y alerta, y la somnolencia simplemente desapareció.
Por ser el reflejo de Dios, somos uno con Dios, y lo que reflejamos de Él, incluida la salud, no se pierde ni por un instante.
Al saber que el Amor disuelve el temor y es nuestra verdadera y única protección, la autora pudo calmar e incluir a un hombre que estaba haciendo amenazas terroristas en su iglesia, a cuyos servicios religiosos terminó asistiendo pacíficamente.
Al estar más conscientes de la presencia del amor de Dios, vemos al hombre perfecto de Dios, y por medio de eso vemos la irrealidad de todas las imperfecciones, y esto trae curación y armonía.
En un examen de rutina, le dijeron a la autora que tenía un glaucoma. Ella lo trató mediante la oración, esforzándose por ver siempre su verdadera naturaleza espiritual, y sanó.